Los autonomos y la Federacion III

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la necesidad de dar de alta en el seguro al coche, para  a si poder trabajar.

En esas fechas se convocan las asambleas de mutua y de cooperativa, donde asisten muchos autónomos de los que  estaban de acuerdo con nosotros, estos ya mutualistas y cooperativistas, que entendían que esto era una injusticia, ya que lo que argumentaban los verticalistas era que éramos unos protestones, que siempre lo habían hecho con convencimiento, de que había que defender a los asalariados en ese momento, ya que no había que retractarse de ningún mal.

En esos momentos eran los gobernantes  Quintín Borras,  y Juan Cano Pla, que tuvieron que ceder por la presión de los autónomos, y darles de alta en la mutua y cooperativa, dado que en esos momentos sino estabas en dichas entidades te era muy difícil el poder trabajar, ya que era imposible buscarte la vida por otro lado, dado que el gremialismo lo tenía todo muy bien controlado, para que nada creciera a su alrededor.

En la cooperativa si no estabas dado de alta no tenías acceso a una línea de préstamos que concedía la caja de ahorros de Valencia, a los nuevos titulares de licencia, ya que nos avalábamos cada 3 compañeros, pero al no estar en la cooperativa no tenías acceso a esos préstamos, por eso, te la tenías que apañar como podías, la salida que tenías que dar esa situación es comprarte un coche de segunda mano. Sinceramente cremos que eran crueles las cosas que nos hacían, esos son los resultados de la prepotencia política de esos verticalistas, una política ruin y miserable, aplicando métodos barriobajeros.

En esta pelea jugaron un papel fundamental los compañeros autónomos que ya estaban organizados conjuntamente con  los asalariados en la coordinadora de autónomos del taxi de Valencia, y a la cabeza José López Crespo, pepe.

En esa época los representante del taxi,  llevaban a cabo una política barriobajera, daban donde más daño podían hacer, ya que con  esa actuación te privaban el poder trabajar con tu propio taxi, hacían una política mezquina y caciquil.

Otra de las cuestiones mezquinas es, al compañero José Antonio Marín Fernández,  le propusieron a su Jefe,  que lo despidiera, ya que era un “rojo”, este compañero era entonces vocal provincial del taxi, elegido democráticamente  en las elecciones sindicales  celebradas el 8 de Octubre de 1975. El jefe de José Antonio se negó,  diciéndoles que su chofer es un buen trabajador y que hace buenas recaudaciones

Pedimos permiso al instituto social obrero, que estaba en la calle pie de la Cruz, numero 21 de Valencia, si nos permitía poder reunirnos en los anexos a la Iglesia del Cabañal,  nos concedió dicho  permiso para reunirnos en el local anexo, a la Iglesia que hay en el Cabañal, este local ya reunía mejores condiciones, y mucho más amplio, ya podíamos hacer reuniones con 3O, o 4O personas. Así mismo utilizamos los locales de la Iglesia del barrio de San Isidro, hallí nos juntábamos todos los progresistas del taxi, para unificar criterios políticos, y buscar formulas de lucha para liquidar el sindicato vertical, que era el mayor obstáculo que teníamos para poder  desarrollarnos como organización, y el advenimiento de la democracia, cuando íbamos creciendo en grupo, y ya había muerto franco,  se palpaba en el ambiente que pronto vendría la legalidad, esta Semi -legalidad,  nos permitía poder moverse con más soltura  entre  los taxistas, esto nos exigía poder hacernos con un local independiente, y fuera de la influencia del gremialismo, ya que éste pesa como una losa en las mentes de los taxistas, y nos decidimos a buscar un local por una zona a adecuada y que sea de paso de los taxistas, y zona de servicio, en la barriada de “Marchalenes”.  Que nos sirvió como domicilio social para la legalización de la federación sindical del taxi de valencia.

Utilizamos la buena disposición que en aquellos momentos nos facilitaba la Iglesia ya que ésta practicaba  un obrerismo paternalista, dado que quería recuperar para ella la influencia de los trabajadores y así ir tapando su colaboración con el régimen franquista, pero a nosotros nos venía muy bien, ya que estando