Son, posiblemente, quienes mejor conocen cada avenida, calle y callejón de la ciudad. Llevan una vida diferente. Pegados al volante de sus vehículos, manteniendo conversaciones banales o arreglando el mundo con las personas a las que transportan. Otras veces, en silencio y pasando inadvertidos si así lo decide el cliente.
La vida de los taxistas gijoneses ha cambiado bastante desde que, en 1984, unos Seguir leyendo Las cooperativas de taxis se pasan a las ‘tablets’