Sergio Saiz .
Justicia y Economía trabajan en una propuesta que pretende reducir el fraude en accidentes de tráfico y propone endurecer los criterios que las aseguradoras utilizan para pagar por las lesiones leves.
Los ministerios de Justicia y Economía están preparando una reforma de los baremos de indemnizaciones en casos de accidente de tráfico y que, previsiblemente, podría presentarse en Consejo de Ministros a mediados de febrero. La medida ya ha levantado polémica, en la medida en que los diferentes agentes implicados no se ponen de acuerdo sobre sus consecuencias reales.
En una carta remitida a la Dirección General de Seguros, Adevi (asociación de abogados de las víctimas) asegura que, en la práctica, se elimina la indemnización de secuelas leves, principalmente las referidas a la columna vertebral y lo que se conoce como latigazo cervical.
Sin embargo, desde la patronal del sector asegurador Unespa se hace hincapié en que la reforma del baremo no supone el fin de estas indemnizaciones, pero sólo se pagarán si son objetivables. De hecho, es ahí donde surge la gran discrepancia.
En líneas generales, todos los agentes implicados, desde la Fiscalía hasta las asociaciones de víctimas, pasando por las aseguradoras, están a favor de la reforma, según figura en una carta fechada en octubre de 2014 remitida a los ministerios de Justicia y Economía y firmada por los presidentes y directores generales de las principales asociaciones del país.
El objetivo de los baremos es afianzar la resolución de los accidentes de tráfico de forma amistosa, descongestionando los juzgados y reduciendo los gastos en los que se incurre al pleitear en estos procesos. Actualmente, el 90% de los casos se resuelve amistosamente, gracias al sistema de baremos que entró en vigor en 2004.
Ahora, Justicia y Economía prevén revisar este sistema, aumentando las indemnizaciones para casos graves pero, sobre todo, endureciendo los criterios para reconocer las lesiones leves y evitar así el fraude que se produce en este tipo de siniestros.
Desde Adevi, insisten en que están a favor de que los médicos de las aseguradoras revisen a las víctimas tantas veces como sea necesario e, incluso, de que se creen bases de datos para evitar estos fraudes.
Sin embargo, consideran que, tal y como está redactada la nueva propuesta, no sólo se reducen las indemnizaciones a percibir en algunos casos, sino que, además, se exigen pruebas diagnósticas para lesiones «que en el estado actual de la ciencia médica no se pueden verificar mediante prueba médica». Esto es habitual, por ejemplo, en el caso de dolores cervicales, muy difíciles de demostrar.
La redacción de la propuesta exige la imposibilidad de realizar una actividad específica y trascendente para que exista un perjuicio leve por pérdida de calidad de vida, mientras que actualmente es suficiente, por ejemplo, con que esa capacidad se vea limitada, pero no imposibilitada.
Qué dice la propuesta- Los nuevos baremos propuestos incluyen un alza en el pago de las indemnizaciones que se abonen por las lesiones consideradas graves.
– Se endurecen los criterios para pagar cuando se trata de accidentes o secuelas leves.
– Por ejemplo, no será suficiente con que el paciente asegure tener un dolor cervical y que éste sea ratificado por un médico, sino que harán falta pruebas diagnósticas objetivas que certifiquen la existencia de ese dolor.
– Los perjuicios leves por pérdida de calidad de vida, que actualmente se reconocen cuando la realización de una actividad se ve limitada, sólo se tendrán en cuenta si la víctima está imposibilitada para esa actividad.
– La propuesta podría llegar al Consejo de Ministros a mediados de febrero, aunque su redacción no es definitiva y dependerá de la evolución del recorrido legislativo.
Publicado por Expansión. Com