Google Maps arruina el estreno de Uber

En el estreno de la aplicación, subimos a un vehículo de Uber y a un taxi para comparar precios, trato y trayectos entre dos puntos de Madrid

Sin intención alguna de ofender al director de Uber para el sur de Europa, Carles Lloret, que este miércoles anunciaba en la Cadena SER que los precios de los trayectos de la compañía serían hasta un 40% más baratos que los realizados con un taxi, me he lanzado a la tarea periodística de confirmar la noticia. Y a ello me he puesto esta tarde, entre las seis y las 7 y cuarto, subiendo a un coche de Uber y a un taxi para realizar el mismo trayecto. Y esto fue lo que pasó…

IDA EN UBER: 18.00 de la tarde, Gran Vía 32, Madrid

Mi objetivo era hacer un trayecto algo complicadillo a esa hora pero que no me ocupara mucho más de una hora. Así que opté por un recorrido entre Gran Vía 32, donde se ubica la emisora, y la Plaza de Castilla. Es una de las horas de la tarde con más tráfico en el centro de Madrid, sobre todo, de regreso a mi punto de destino.

A las 18.00, en plena Gran Vía, solicito un coche de Uber a través de la aplicación y en poco más de dos minutos, me anuncia que el coche más próximo está en la zona de Tetuán y que en 8 minutos estará en la puerta de la Cadena SER. “¿Ocho minutos desde Tetuán?”, me pregunto. “Pero si está muy lejos de aquí”, pienso. Bien. El caso es pasan otros 10 minutillos pero la aplicación me avisa cuando quedan dos para llegar. Uber me informa sobre el vehículo que me va a llevar, cómo se llama el conductor y la matrícula del coche (porque la aplicación detalla estos datos durante la espera, los mismos datos que puedes obtener en aplicaciones como MyTaxi). Así que espero a Raúl (no puedo decir su verdadero nombre porque así me lo ha pedido el conductor), que viaja en un Skoda de color oscuro y cristales traseros tintados (este último detalle lo veo yo, no lo dice la aplicación). En este punto tengo que decir que mi ansiedad en la espera me hizo abrir la puerta de un coche muy similar que paró justo en el mismo sitio (mira qué casualidad). “¿Es usted Raúl?”, pregunto. ¡No!, soy Eustaquio. “¡Ah,usted perdone!”, le digo con una gran sensación de ridículo.

Por fin aparece mi conductor, que se para justo a mis pies y abro la puerta de un coche espacioso, limpio y con buen olor. Momento de duda: ¿Dónde me pongo? ¿En el asiento delantero como si fuera un amigo o detrás, a modo de gran ejecutiva? Me decanto por la segunda opción. En ese momento comienza el trayecto, cuya ruta establece el navegador de Google, que selecciona el recorrido más corto hasta el destino. Ruta que el conductor no puede cambiar. Esto, que puede generar mayor confianza en el usuario, acabará volviéndose en contra del conductor y del pasajero. Ya que la ruta diseñada por Google nos ha llevado por la M-30 a una hora que la mayoría de taxista hubiera evitado. Treinta y dos minutos después llegamos a nuestro destino en Plaza de Castilla. Un recorrido de 22,5 kilómetros que nos ha costado 30,18 euros. Un precio muy lejos de lo esperado para este desplazamiento.

Tras pagar con la propia aplicación, conectada con mi tarjeta de crédito, el conductor nos ha pedido disculpas señalando que Uber debería encontrar un mecanismo que corrija estos desajustes en las tarifas para poder ser competitivos. A pesar de ello, hemos valorado a Raúl con la máxima puntuación por su amabilidad y por el buen estado del vehículo, un coche relativamente nuevo y bastante limpio.

VUELTA EN TAXI: 18:40 de la tarde, vuelta a la Radio Madrid

Para la vuelta a la emisora nos decantamos por un taxi que hemos cogido en una de las paradas del intercambiador de Plaza de Castilla. El conductor nos ofrece varias alternativas para el trayecto y nos decantamos por la que nos recomienda él, volver por el Paseo de la Castellana hasta Cibeles y subir por la Gran Vía hasta el número 32.

El regreso de Uber ocupa buena parte de nuestra conversación y yo, inocentemente, me comprometo a revelarle el coste del trayecto de ida una vez lleguemos a nuestro destino para que el taxista pueda comparar, aunque asume, de inicio, que Uber va a ser más barato. Gran error. Llegamos a la radio a las 19:12, 23 minutos de viaje y con un recorrido total de 7,4 kilómetros, tres veces menos distancia que a la ida. ¿El precio? 16,45 euros. 13,73 euros menos que con la aplicación de Uber. En ese momento recordamos las promesas de ese 40% de ahorro anunciado en ‘Hoy por Hoy’ por su director en España. Entendemos que los inicios no son sencillos y que aunque la aplicación es funcional e interesante, Google Maps ha jugado hoy, en su estreno y ante la prensa, una mala pasada encareciendo el precio y el tiempo en el trayecto realizado. ¿Qué propone Uber que no tengan otras aplicaciones como Hailo o MyTaxi? La opción de compartir el viaje con otros pasajeros que realicen el mismo trayecto puede resultar interesante para abaratar el servicio. También cuentan con una buena flota de vehículos y conductores profesionales, a diferencia de su primera etapa en España donde se les acusó de intrusismo profesional y de contratar a conductores sin licencia. Pero, juega en su contra el uso obligatorio del navegador de Google, ya que resta capacidad de decisión a los conductores y a los pasajeros, que en muchos casos pueden conocer las rutas mejor que la empresa estadounidense cuyos fallos en el navegador han llegado, incluso, a derribar casas por error

Publicado por la Ser.