Cabify no seduce a los taxistas: ¿una integración imposible?

Un vehículo con licencia VTC circula junto a un taxi en Madrid. Alberto Di Lolli

Han pasado casi seis meses desde que Cabify lanzó su plan para integrar a miles de taxistas en su plataforma tecnológica con la idea de integrar todas las alternativas de movilidad frente al coche privado. El grupo -que se propuso sacar adelante este proyecto en el primer semestre del año- lanzó en abril un programa piloto que permite la reserva del servicio de taxis a través de su aplicación en la ciudad de Santander.

La compañía asegura que esta prueba está siendo un éxito y que ha disparado un 25% la facturación de los taxistas que han decidido incorporarse a su App, mientras que los propios taxistas de Santander replican que sólo hay dos vehículos con licencia dentro del proyecto entre los 230 que operan en la ciudad cántabra. “Ninguna de las grandes asociaciones de taxistas de Santander trabaja con Cabify, ni lo va a hacer a corto ni a largo plazo. No ofrecen nada que no ofrezcamos ya nosotros”, explica el presidente de la Federación Cántabra del Taxi, Manu Andoni Ruiz.

Ante la oposición de la mayor parte del gremio taxista a esta integración, Cabify se enfrenta ahora al reto de extender su propuesta a otras ciudades españolas o abandonar un proyecto que sí le ha reportado un enorme éxito en otras urbes latinoamericanas. Fuentes de la compañía apuestan por la primera opción -sin concretar dónde por motivos de confidencialidad- y confían en que los taxistas tras el primer rechazo se acaben integrando en su plataforma como ya se ha hecho con otras alternativas de movilidad como motos o patinetes de alquiler por minutos.

El aterrizaje de Cabify en Santander ha sido atípico. Primero comenzó a ofrecer transportes en taxi y desde la pasada semana ha sumado a la oferta vehículos con licencia VTC similares a los que ya operan en otras grandes ciudades del país. En el caso de los taxis, sometidos a otra regulación, la compañía no da un precio cerrado del trayecto, sino un rango de oscilación que quedará luego fijado por lo que establezca el taximetro.

Precisamente éste ha sido uno de los grandes puntos de batalla entre taxistas y VTC. Parte del éxito del negocio de Cabify ha sido el precobro de un precio cerrado por el trayecto en función de la distancia recorrida y el tiempo previsto en que se realice el recorrido. Los taxistas han pedido a las autoridades locales y regionales que cambien la regulación para poder sumarse a esta oferta, y de hecho hoy mismo la aplicación de reservas Mytaxi comienza a incluirlo en Madrid dentro de su transformación en una compañía tecnológica de alternativas de movilidad.

La plataforma propiedad de los grupos Daimler -Mercedes Benz- y BMW cambiará incluso su nombre para pasar a denominarse Free Now, una de las marcas bajo las cuales los dos fabricantes de coches alemanes quieren potenciar su presencia en el segmento de la movilidad en las grandes ciudades. Ambos grupos tienen ya instaurados en España otras plataformas de alquiler de vehículos como Share Now, que integra los 850 vehículos Smart de Car2Go.

Publicado por El Mundo.