Valencia ya presume de su propia Capilla Sixtina

Un trabajo llevado a cabo por la UPV y la Fundación Hortensia HerreroHa contado con el apoyo e interés de renombrados expertos

JAVIER G. ROPERO

(Efe.)

En el corazón del barrio de la Ciutat Vella de Valencia, centro neurálgico de la actividad cultural y turística de la ciudad, se levanta entre callejuelas la parroquia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir. Una construcción del siglo XIII que pasa casi desapercibida para el turista que se acerca a esta zona de la capital valenciana. Aunque, desde hoy, promete convertirse en uno de sus grandes y renovados atractivos.

La Universidad Polítécnica de Valencia (UPV), con el apoyo de la Fundación Hortensia Herrero, acaba de culminar una ambiciosa restauración que ha llevado más de tres años de trabajo, y que se ha traducido en un absoluto lavado de cara del interior de esta parroquia. Ayer quedó inaugurada oficialmente y desde hoy está abierta al público.

La mecenas Hortensia Herrero, acompañada de Juan Roig, presidente de Mercadona, y del arzobispo Antonio Cañizares, ayer durante la inauguración.

Destacada siempre como ejemplo de convivencia de los estilos góticos y barroco, con las bóvedas que definen al primero y la abundancia de frescos que caracterizan al segundo, San Nicolás ha sido protagonista del mayor trabajo de restauración en un espacio de estas características a nivel internacional. En total, 1.497 m2 de superficie pictórica restaurada, más del triple que los trabajos realizados en la Capilla Sixtina; a lo que hay que sumar la renovación de las fachadas, las capillas y las vidrieras del templo. Todo ello, con un presupuesto que ha alcanzado los 4,7 millones de euros, que ha sufragado en su totalidad la fundación que preside Hortensia Herrero, vicepresidenta de Mercadona.

“Ha sido una obra compleja, desarrollada en un tiempo récord”, afirmó ayer durante la presentación del espacio el arquitecto y responsable de la parte técnica del proyecto, Carlos Campos.

En paralelo y hasta finales del mes de mayo, el visitante puede descubrir a través de una exposición todos los detalles de este trabajo de restauración, liderado por la catedrática e investigadora del Instituto de Restauración del Patrimonio de la UPV, Pilar Roig, en el que se han invertido 41.400 horas.

El punto clave, según la restauradora, fue elexhaustivo trabajo previo: “Pusimos todos los medios a nuestra disposición para identificar todos los problemas de la parroquia: análisis clínicos, georradar… Eso nos permitió tener los suficientes datos como para culminar el trabajo a tiempo”. El proyecto atrajo el interés derenombrados expertos internacionales, que, como desveló Roig, pidieron visitar las obras, incluido Gianluigi Colalucci, restaurador de los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, quien antes de la inauguración envió a su colega española un sencillo mensaje, con una exclamación: “¡Viva la Sixtina valenciana!”.

El objetivo de la obra ha sido resaltar las pinturas, murales y esculturas que pueblan cada rincón de esta parroquia, que datan de 1700 y están firmadas por Dionís Vidal, pintor barroco y discípulo de Antonio Palomino. En todo este repertorio artístico se relatan distintos episodios de las vidas de los dos santos que dan nombre al templo. “Hortensia Herrero se enamoró de esta iglesia y se propuso recuperar su belleza”, afirmó Elena Tejedor, coordinadora de la fundación.

La remodelación ha contado con la participación de más de un millar de profesionales, que acometieron las labores de limpieza y de restauración para las que se han utilizado las últimas técnicas, algunas de ellas pioneras, como la biolimpieza con bacterias. Según Pilar Roig, consiste “en alimentar unas bacterias muy concretas, para que eliminen los elementos de la superficie que no nos interesan, se hace en tres horas, a 25 grados de temperatura, son inocuas y no dañan al medio ambiente”.

La restauración de la parroquia de San Nicolás ha sido el primer gran proyecto en el que se ha embarcado la Fundación Hortensia Herrero, fundada en 2012 con el objetivo, según recalcó Tejedor, de poner a Valencia en el mapa. “Este tesoro redescubierto en el barrio del Carmen será un revulsivo para que la gente de fuera tenga un motivo para venir”.

El mural escondido tras una capa de cal

Para la restauradora Pilar Roig fue uno de los momentos más emocionantes de la investigación. Sucedió mientras trabajaba con el equipo en el dintel de la puerta principal: “Empezamos a limpiar la capa de cal que había; y de repente nos encontramos con una mano. Por su forma, sabíamos que era una pintura de Dionís Vidal. Hicimos otras catas para asegurarnos, e iban apareciendo más formas. Es apasionante descubrir algo que nadie en siglos había visto”. La restauración también afectó a la estructura de la parroquia: “estaba tan mal como la pintura. Cada tramo de la iglesia se construyó en tres periodos distintos, y todos tenían muchos problemas, con fisuras y grietas. Arreglar estas ha sido el trabajo más importante, junto a la impermeabilización de la cubierta”, afirmó el arquitecto Carlos Campos.

Publicado por  cincodias.