La Casa de los Dulces de Valencia cerrará en julio al no prorrogar Les Corts el alquiler

ISABEL DOMINGOVALENCIA.

El comercio, fundado en 1953, se ubica en el edificio que el parlamento valenciano compró en 2005 para ampliar sus instalaciones

El 25 de julio. Será el día en que la emblemática Casa de los Dulces bajará las persianas tras 63 años de actividad. Es la situación a la que se ha visto abocada su actual propietaria, Emilia García, tras la negativa de Les Corts -propietaria del edificio- a prorrogar el contrato de alquiler.

«No me han dado ninguna justificación», explicaba el martes García, que lleva meses intentando negociar su continuidad, aunque fuera «año a año», sin obtener respuesta para mantener un negocio que no se ha visto afectado por la crisis ni por la renta antigua, pues el precio del alquiler se actualizó al de mercado cuando Emilia y su hermano Vicente -que estuvo al frente de la Casa de los Caramelos, junto a la estación del Norte, hasta 2014- heredaron el negocio de sus padres.

Fue hace dos semanas cuando recibió la notificación de la finalización del contrato y, por tanto, del cierre del negocio, que afectará a los dos locales de la calle Muro de Santa Ana, es decir, la tienda de caramelos y el salón de té contiguo, adquirido en 1999 y también propiedad de Les Corts.

La cámara tuvo que invertir 30.000 euros en el edificio por su mal estado de conservación

Actualmente, hay siete empleados trabajando en los dos establecimientos y aunque Emilia ya piensa en otro emplazamiento para la Casa de los Dulces, «no será lo mismo porque este punto es muy conocido por los valencianos, sobre todo del área metropolitana, y los turistas». Algunos, incluso, entran a fotografiarse con las cajas transparentes repletas de chucherías.

«Mi vida es ésta», lamenta la hija de Vicente García, fundador de un negocio que arrancó como frutería y que luego se amplió a la venta de caramelos «tras el éxito que tuvo el ‘Pictolín’ los domingos que había partido del Levante UD. Se llegaban a vender hasta 50 kilos», relata.

Aunque Les Corts no se han pronunciado todavía sobre el destino del inmueble que adquirió por 6,8 millones al Arzobispado de Valencia en 2005 mediante subasta, la intención de aquella compra fue la ampliación de las instalaciones. En su día se apuntó la posibilidad de que se ubicara la oficina de la Sindicatura de Comptes (actualmente en la calle San Vicente), dependencias para el personal de la institución o, incluso, la residencia del presidente de la cámara.

Ya entonces el único inquilino era -y sigue siendo- la Casa de los Dulces, que tenía contrato vigente hasta 2016, por lo que la cámara valenciana realizó una previsión de 1,1 millones para compensar los años de alquiler que había firmados. Sin embargo, no se alcanzó un acuerdo y el establecimiento se mantuvo abierto.

Edificio cubierto con lonas

Actualmente, el inmueble está en estado de ruina y la fachada, cubierta con una lona de protección. De hecho, hace unos años, la institución que ahora preside Enric Morera tuvo que invertir 30.000 euros en labores de saneamiento para evitar desprendimientos debido a su mal estado de conservación. A raíz de aquel desembolso, la institución aseguró que no había previsión a corto plazo de dotar de uso alguno al edificio. Pesaban los 11 millones que se habían destinado a construir un edificio en una manzana contigua al Palau de Benicarló para albergar las sedes de los grupos parlamentarios.

De ahí que Emilia García no comprenda la negativa de la institución a renovar el contrato de alquiler. En apenas dos meses bajará la persiana del negocio que impulsaron sus padres y que se convirtió en peregrinaje de aquellos que buscaban sus garrotes o piruletas gigantes o los caramelos de violetas. Por eso, García quiere agradecer a sus clientes «el cariño y apoyo recibidos a lo largo de más de 60 años». Lo hará con una exposición fotográfica sobre la historia de la Casa de los Caramelos y la Casa de los Dulces que podrá verse a partir del 1 de junio.

Publicado por las Provincias.