Los autónomos y la federación I

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Los autónomos y la federación  I

Era él mes de enero de 1971, cuando se hace un estudio de la idiosincrasia de lo que es él fondo ideológico del taxi.

En esos momentos se observa un aumento del movimiento obrero, son los años cuando comienza a moverse los movimientos populares: estudiantil, campesino, y movimientos ciudadanos. En aquella época, cualquier iniciativa democrática tenia buena acogida en las acciones de protestas populares, ya que toda acción debía ir en contra de la dictadura franquista, que era la enemiga de la clase obrera, ya que era un clamor entre los trabajadores los deseos de libertad.

De ahí que en el sector, una minoría decidiese dotarse de su propio instrumento de defensa la federación, para no tener que ir a remolque de ninguna clase o institución, por eso nació en esos momentos la federación sindical del taxi de Valencia.

En el sector se hallaba un grupo de trabajadores autónomos progresistas que deseaba organizarse y así poder sumar fuerzas con el conjunto de sectores democráticos, para poder liquidar el sindicato vertical franquista, que era ya un impedimento para el desarrollo de los sindicatos de clase, dado que nos encontrábamos obligatoriamente afiliados en el sindicato vertical los asalariados, autónomos y empresarios.

Esto nos hizo comenzar a organizar nuestro propio instrumento, si bien es verdad que la inmensa mayoría de los autónomos no sentía la necesidad de cambio ya que el gremialismo los tenía comido la mente y les tenía atomizados con la mente paralizada totalmente despolitizada, pero los verticalistas sí  que hacían política destructiva contra las fuerzas progresistas, y decían que ellos no son políticos.

La federación su origen principal fue la gran idea que se tenía de romper con el instrumento doctrinario que disponía la dictadura contra los trabajadores que era el sindicato vertical, un sindicato hecho a la medida del franquismo ya que le serbia como primer instrumento represivo contra los trabajadores, y principalmente para que los falangistas siguieran haciendo de las suyas.

Pero al campo no se le pueden poner puertas, ya que los trabajadores se organizan como mejor pueden, valorando en cada momento la situación política, de ahí que hasta que llega la democracia, la idea era utilizar el sindicato vertical, ir ocupándolo desde dentro, participando en las elecciones sindicales que se convocaban cada 4 años,  que en el año 1971 ya pudimos participar, y ganar un vocal en la agrupación del taxi, a Francisco Rufes Marques, que sustituyó posteriormente al presidente que había cuando se celebraron dichas elecciones, esta agrupación representaba a los asalariados del taxi.

Posteriormente hubo una orden a nivel nacional que todos los asalariados que hubiesen trabajado en el taxi más de 5 años, se les debía conceder una licencia de taxi, esta orden la pusieron en marcha los ayuntamientos donde los asalariados estaban organizados, en Madrid, concedieron 5.500 licencias, en Barcelona 1.600 licencias, y en Valencia 416 licencias de taxi. Esta orden es de 1974. Esta ampliación de licencias era para satisfacer las deficiencias del transporte público, las autoridades Municipales les era más rentable conceder licencias de taxi que ampliar el servicio público de transportes

Aunque éramos asalariados ya nos íbamos ganando la confianza de algunos autónomos, que poco a poco avanzábamos en el sector con el aval de los taxistas, la importancia es que ya se iba creando una buena relación entre los autónomos y los asalariados. En esa época se añade una reivindicación, muy odiada por los trabajadores del taxi que era la obligatoriedad de ir uniformados, es en  el año 75 cuando conseguimos quitarnos el uniforme de color azul,  que era odiado por los taxistas, en concreto los jóvenes ya que nos parecíamos a los falangistas.

En esa época se hacía necesario buscar un local que pudiésemos reunirnos e ir creando  nuestro propio instrumento administrativo, donde poder vernos para concretar el programa