Después de años desempeñando el cargo de tesorero en la FAST (Federación Asturiana del Taxi) y también en la CTE (Confederación del Taxi de España), Luis Fernando Díaz, se encuentra apartado de forma cautelar de todas sus funciones en ambas entidades, tras conocerse sus actividades paralelas en contra de los intereses de las organizaciones a las que estaba representando.
Unas actuaciones muy graves que la semana pasada llegaban a los tribunales con la querella criminal presentada por la Federación Asturiana en contra de Fernando Diaz con acusaciones de falsedad documental, injurias y calumnias. Además de esta acción judicial, como adelántabamos, la organización tiene abierto también un expediente sancionador por todas estas causas. Expediente que desde la dirección de FAST confían en resolver en poco más de un mes, para poder de esta forma poner fin a toda relación con este directivo.
No fue hasta septiembre de 2013 cuando la FAST, presidida por José Artemio Ardura, descubrió que el tesorero había estado trabajando a sus espaldas para cerrar el call center de Langreo, propiedad de la Federación y que daba servicio a 700 taxis de toda España.
Según la querella, Fernando Díaz, que además de tesorero de la FAST y CTE era gerente de dicha central, habría convencido al proveedor tecnológico Auriga de que la Federación pensaba abandonarles por una empresa de la competencia. Para corroborar sus palabras, siempre de acuerdo a la denuncia, el entonces tesorero habría falsificado un acta de la directiva de la Federación que después habría presentado como prueba ante Auriga. Con la documentación en la mano y la creencia de que iban a cancelar el contrato, la empresa decidió abrir una nueva central en Oviedo.
Una apertura que pilló por sorpresa a la directiva de la Federación, que no entendía los motivos de esta decisión. Fue entonces cuando comenzaron las preguntas y la traición del gerente salió a la luz. Pero para entonces ya era demasiado tarde y la central de Langreo tuvo que cerrar definitivamenteel pasado diciembre
Desde la FAST, su presidente agradece a Auriga la colaboración prestada, puesto que actualmente la flota que trabajaba con el call center de Langreo opera desde la nueva central de Oviedo. Por el camino queda el que fuera “buque insignia” de la Federación, en palabras de Ardura, que lamenta el daño que se la ha provocado a la organización “también en el plano económico”.