Los autobuses dan marcha atrás: ya no piden el cierre de Blablacar»

Los autobuses dan marcha atrás: ya no piden el cierre de Blablacar»

La convivencia entre Blablacar y el autobús es posible siempre que se regule su actividad», afirman las patronales.

BEATRIZ GARCÍA

Corren malos tiempos para el sector del autobús. A la pérdida de viajeros por la crisis y al éxito de otros medios de transporte, como el avión o el tren, se le ha unido ahora la aparición de plataformas online que ponen en contacto a conductores con asientos libres para hacer trayectos en coche a un precio más económico.

Con 10 millones de usuarios, Blablacar se ha convertido en el portal para compartir coche más famoso de Europa. Lo mismo ocurre en España, donde la compañía ha cosechado un éxito sin precedentes y ha hecho saltar las alarmas en el sector del autobús, su principal competidor.

Pero, aunque se sigue mostrando inquieta ante la evolución de la empresa francesa en nuestro país, la patronal ha cambiado de discurso en cuanto a Blablacar se refiere. El pasado mes de marzo, Fenebús (una de las dos asociaciones que forman Confebus) publicaba una nota de prensa en la quesolicitaba al Gobierno cierre «inmediato» de Blablacar al considerar que estaba ejerciendo una actividad «ilegal».

Para Fenebus,  era»es un claro ejemplo de intrusismo laboral que lesiona gravemente los intereses de las empresas de transporte de viajeros legalmente establecidas y con todos los requisitos administrativos en orden». En aquel momento, Libre Mercado le preguntaba al director de la federación, José Luis Pertierra, que tras regular su actividad, su federación se resignaría a los nuevos competidores. Pertierra aseguraba que «no sería suficiente. Tendríamos que ver cómo lo hacen porque habría que cambiar la ley y eso nos influiría a nosotros».

En un encuentro de Confebus con los periodistas y siete meses después, este periódico vuelve a hablar con Pertierra. Su reacción ante Blablacar es bien distinta. «No nos oponemos a Blablacar, lo que queremos es que esté regulada y que no haya transportistas encubiertos que se estén lucrando con ella», asegura. «La convivencia entre Blablacar y el autobús será posible siempre que su actividad esté regulada, aunque cuando ocurra, alomejor ya no les es tan rentable», añade.

Respecto a la nota de prensa del pasado mes de marzo, que más bien parecía una declaración de guerra a Blablacar, Pertierra ha reconocido que «fue un pronto porque nos dio miedo, pero ya hemos recapacitado». El presidente de Asintra (la otra patronal), Rafael Barbadillo, ha ido también en la línea conciliatoria y ha declarado que «el coche compartido ha existido toda la vida, aunque yo no me montaría nunca con un desconocido por seguridad. El autobús, sin embargo, tiene una tasa de siniestralidad mucho más baja que el coche y además, sus profesionales cumplen con todos los requisitos de descanso, con las normas de tráfico y pasan los pertinentes controles médicos».

Fenebús intentó hacer frente a Blablacar presentando cinco escritos de denuncia ante la Administración: primero ante la Subdirección de Inspección de la Dirección General de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento y con posterioridad ante el fiscal de la Sala Coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; la directora general de Tráfico, María Seguí; y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. La única respuesta que han recibido de algunos de estos organismos es que «están investigando a Blablacar y recabando datos». De momento, si no puedes con tu enemigo