«Unas veces ganarás y otras perderás dinero, lo importante será ver si perdemos clientes con esto». Con escepticismo, Ramiro, taxista, definía así ayer en la terminal T-4 la entrada en vigor de la nueva tarifa fija desde y hacia el aeropuerto de Barajas. Si el taxi viaja dentro de la almendra central el pasajero deberá pagar un precio fijo de 30 euros. Da igual que sea a Moncloa, en la otra punta de Madrid, o a Avenida de América, mucho más cerca. Si se desplaza a la ciudad, pero fuera del anillo de la M-30, como mínimo la tarifa será de 20 euros.
La nueva tarifa, aprobada por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, no parecía sentar ayer muy bien en el sector. «Es ridículo tener una tarifa fija de 30 euros cuando tenemos el aparato para tarifar según los kilómetros que se hagan, digo yo que eso será más justo», afirmaba Gerardo, que como muchos de sus compañeros temía una pérdida de clientes.
«Es que es preocupante», explicaba a su lado Arturo, también taxista, «porque a los que van al este de la Castellana les saldrá más caro que antes y puede que opten por otros servicios alternativos, y si es al oeste será una pérdida económica para nosotros».
Los profesionales del sector lo tenían claro:«las nuevas tarifas no están bien desarrolladas». Para confirmar que es así, dos ejemplos tomados de los tickets del stand del taxi de la T-4, que calcula las tarifas según los trayectos y donde la nueva medida pilló los letreros a pie cambiado:«Coja un taxi por entre 30 y 35 euros». Y también los tikcets informativos, que en vez del precio final ponía el «importe aproximado».
Pero vayamos a la raíz de unas tarifas que rozan el paroxismo. Por ejemplo, si usted viaja a la calle Pradillo, en Prosperidad, dentro (por poco) del este de la M-30, pagará 30 euros de taxi. Esa cifra se reduce ostensiblemente si coge el servicio hasta, por ejemplo, la calle Torrelaguna, muy cerca de Pradillo, pero al otro lado de la vía de circunvalación.
A Pradillo, a 13,5 kilómetros de la T-4, son 30 euros, pero a la calle Torrelaguna, a 12,8 kilómetros, son 23,1 euros. Conclusión: por apenas 700 metros más de taxi pagará 6,9 euros más. «Yo ya he cogido gente hoy que iba a Avenida de América que dicen que la próxima vez por ese precio cogen el Metro… normal, antes hasta ahí podía costar 22 euros y ahora 30», señalaba otro taxista, Antonio.
Casi todos los profesionales se quejaban de que el nuevo sistema es una ruleta donde no siempre ganan ellos. «Es que si te hacen ir a Plaza de España pierdes dinero, pero en otras te compensará, claro», señalaba Paco. En ese sentido, otro ejemplo. Y es que resulta, cuanto menos, sorprendente, que una carrera a la calle Cartagena, también en Prosperidad, dentro de la M-30, a apenas 13,8 kilómetros de distancia de Barajas, cueste 30 euros, cuando la misma cifra pagará por viajar hasta la Cava Baja, en La Latina, a 22,7 kilómetros de distancia. El mismo precio pese a que hay nueve kilómetros de distancia entre una y otra.
Ayer, la mayoría de clientes desconocían la nueva medida, pero muchos la veían con buenos ojos. «Me parece bien, porque siempre vivimos en el engaño de que nos cobren algo más, yo soy estudiante y no me puede permitir el lujo de pagar más de lo que es», afirmaba Natalia, que acababa de llegar de Melilla. «La tarifa fija está muy bien, porque muchas veces te ven la cara de turista y te cobran 45 euros en vez de lo que es», señalaba Luis, recién aterrizado en la T-4 procedente de D.F., que viaja con frecuencia a la capital, y al que han intentado timar varias veces.
En ese sentido, la Federación Profesional del Taxi informó ayer de la existencia de «trampas autorizadas» por parte de algunos profesionales del sector que están cobrando suplementos de manera indebida a los clientes a raíz de la entrada en vigor de la tarifa, informa Efe. Por su parte, la Confederación de Consumidores y Usuarios de Madrid (CECUMadrid) reiteró ayer que la tarifa «plana» no es competitiva y resulta «lesiva» para el usuario.