El ‘Uber del sexo’ llega a Nueva York

La polémica ‘app’ que junta a personas que desean sexo y pagan por ello, expande sus fronteras.

Por: TECNÓSFERA

8 de Febrero del 2016

Esta aplicación busca tener conexión en las principales ciudades del mundo. Después de Nueva York, quiere aterrizar en Madrid, París y Londres.

‘Ohlala’, creada y conocida en Alemania como el ‘Uber del sexo’, se trata de una aplicación que conecta a personas interesadas en conocer gente, con la opción de pactar un precio por dicho encuentro. Desde una charla informal, o compañía para ir a cine o una fiesta, hasta sexo, es posible acordar a través de Ohlala.

El mote del ‘Uber del sexo’ se da por aquello de que el programa busca de manera georeferenciada a la pareja de quien solicita el servicio y, segundo, porque hay un acuerdo de pago por el encuentro. Para muchos, claramente se trata de una aplicación que incentiva la prostitución. Ohlala se defiende diciendo que es una “aplicación de citas con un pago de por medio”.

Ohlala fue creada por Pia Poppenreiter y empezó a funcionar con éxito de manera limitada en ciudades alemanas como Berlín, Frankfurt, Múnich y Hamburgo. Ya sobrepasó los 25.000 encuentros de pago. La noticia es que desde este lunes 8 de febrero el servicio está activo en Nueva York (EE. UU.), con intención de seguir su expansión, a pesar de la cierta connotación poco favorable.

Todo tiene su precio

Esa designación del ‘Uber del sexo’ fue titular de muchos artículos periodísticos que se escribieron a raíz del nacimiento de este servicio, concretamente de TechCrunch. La palabra usada fue ‘escort’, una expresión en inglés que hace referencia a escoltas y a acompañantes de pago, pero también directamente a la prostitución.

Sin embargo, su fundadora se ha defendido de dichas críticas y de su particular creación: “Sea cual sea lo que dos personas quieran hacer, ya sea tener compañía durante una cena o acabar juntos en la cama, es un asunto privado que debe ser aclarado en el chat antes del encuentro. Es sencillo: nosotros emparejamos a las personas para las citas de pago de manera inmediata. De hecho resolvemos una carencia del mercado que otras ‘apps’ de citas y servicios de acompañantes no solucionan, pues unimos expectativas”, dice la empresaria austriaca creadora de la aplicación.

Y, de cierto modo, esto es cierto. En Ohlala las personas saben exactamente a qué van en sus encuentros.

La ‘app’ de hecho representa un catálogo de perfiles masculinos que especifican que tipo de cita querrían tener así como el rango de la tarifa a pagar. El perfil de las usuarias permanece oculto hasta que la conversación se inicia, entonces el usuario puede ver los detalles del mismo.

Básicamente, ‘Ohlala’ es ofrecida por sus creadores como un servicio de prostitución a domicilio de forma “segura y legal”. Y asegura que la ‘app’ está orientada a ofrecer a sus clientes un buen servicio y sin ningún tipo de prejuicios.

¿Cómo funciona?

En cuanto a su funcionamiento, el usuario solo deberá ingresar a dónde quiere que llegue su ‘pedido’, qué busca con la cita y listo. Allí llegará un hombre o una mujer, dispuestos a lo acordado en un chat previo, en el que se negocia lugar y precio. Para especialistas del tema esta aplicación es una mezcla entre Tinder y Uber.

El usuario se inscribe para encontrar un catálogo de sexo servidoras o sexo servidores; una vez que encontró a quien le gusta, el cliente puede interactuar con esa persona para aclarar detalles y demás. Tras llegar a un acuerdo, el usuario paga la tarifa establecida y decide dónde se verán para el encuentro sexual. El servicio cuesta en promedio 240 euros, unos 900 mil pesos colombianos.

Pia, de 28 años, y quien estudio negocios en Moscú (Rusia) y un postgrado en Berlín, comenzó a trabajar en Ohlala.com, basándose en el éxito de los taxis y los hoteles en Alemania.

Por ahora, ‘Ohlala’ no factura mucho dinero, ya que prefieren como muchas empresas de nueva creación, crecer antes de obtener beneficios económicos, pero el hecho de llegar a la ‘Capital del mundo’, sin duda, le ofrecerá magníficos dividendos, con el incentivo de llegar más adelante a otros países de Europa, América y Asia.

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