Uber, Airbnb, Deliveroo y BlaBlaCar: la economía colaborativa paga menos impuestos que una pyme

 Los gigantes de la nueva economía pagan menos que cualquier pequeña y mediana empresa en Impuesto de Sociedades.

26 agosto, 2019 02:39

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Fernando Cano @canocadiz

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El consumo colaborativo o economía colaborativa se define como una interacción entre dos o más sujetos, a través de medios digitales, que satisface una necesidad a una o más personas. En teoría, esta nueva manera de consumir ahorra costes de producción y une a los consumidores reduciendo los precios y eliminando barreras de entrada al mercado.

Gracias a ella empresas como Uber, Glovo, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar o Just Eathan sacudido los cimientos de la economía tradicional, pero no siempre cumpliendo las mismas reglas laborales y fiscales de las empresas tradicionales.

Uber es ya una de las mayores empresas de transporte del mundo, sin tener coches en propiedad, Airbnb es la mayor red de alojamientos sin tener ni una sola habitación de hotel y Glovo es la mayor red de distribución sin tener trabajadores contratados.

Intermediadores que se han hecho fuertes en todo el mundo y en España, gracias a la ausencia de regulación y a estructuras fiscales que intentan calcar de las grandes tecnológicas como Amazon, Google, Facebook o Twitter.La boda truncada de Bea y Jesús: su bebé muere atropellada por su abuelo tres días antes del enlaceMarina OchoaLa pequeña fue arrollada de forma accidental junto a su abuela. Una marcha puesta en el coche hizo que este se desplazara hacia atrás.

En España, estas grandes plataformas pagan menos impuestos que incluso los pequeños hoteles, empresas de VTC o pisos que intermedian. Los datos remitidos por estas propias compañías al Registro Mercantil indican que estas seis empresas (Uber, Glovo, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar o Just Eat) pagaron apenas 2,7 millones de euros en Impuesto de Sociedades en su último ejercicio remitido a las autoridades mercantiles españolas.

700.000 euros en impuestos 

Si quitamos el efecto de Glovo que pagó dos millones, pese a perder 564.00 euros e ingresar 14,2 millones, vemos que Uber, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar y Just Eat solo pagaron 700.000 euros al fisco por su actividad societaria. Mucho menos que una pequeña y mediana empresa (pyme).

Dentro de este grupo tenemos casos preocupantes como el de Deliveroo, que presentó sus últimas cuentas en 2016. RooFoods ingresó este año 3,8 millones de euros y pérdidas por 5,6 millones, pagando solo 16.227 euros por el Impuesto de Sociedades, una cifra que pagan cinco personas en España con un salario medio de 24.000 euros por IRPF.

Una situación similar vive BlaBlaCar que en sus cuentas de 2017, las últimas disponibles, -estas compañías acostumbran publicar sus números en el Registro Mercantil con años de retraso- su sociedad Comuto Iberia pagó 17.510 euros de impuestos tras ingresar un millón y ganar 54.443.

Airbnb, la red de alquileres turísticos tampoco es un gran contribuyente de la Hacienda española. En sus últimas cuentas disponibles del año 2017, Airbnb Marketing Services reflejó un pago de Impuesto de Sociedades de solo 72.152 euros, fruto de unos beneficios de 213.000 euros e ingresos de 4,6 millones. Parece poco para un compañía que ofrece reservas en más de 65.000 ciudades de todo el mundo y más de seis millones de alojamientos.

Just Eat y Uber

Just Eat Spain SL, la plataforma que unifica miles de restaurantes en España para enviar comida a domicilio, facturó en 2017 28,3 millones de euros -la que más ingresó de todas las empresas analizadas- y ganó 2,5 millones para terminar pagando 283.000 euros de Impuesto de Sociedades en este ejercicio.

Unos impuestos similares a los que pagó Uber en 2018. La empresa de transporte y que opera mediante las VTC es la única que ha presentado sus cuentas del año pasado reportando impuestos por 325.000 euros. Este mismo año ingresó 16,7 millones y registró 980.000 euros de beneficio.

¿Por qué estas empresas declaran tan pocos ingresos y casi no pagan impuestos? Muchas de ellas utilizan la misma fórmula de otros gigantes tecnológicos para aligerar su carga fiscal en España. Estas compañías suelen utilizar sociedades en países con menor carga fiscal como Holanda o Luxemburgo a la que las filiales españolas facturan como una sociedad de servicios de marketing.

En el caso de Uber, lo hace a través de Uber B.V., una sociedad de responsabilidad limitada constituida en los Países Bajos, Airbnb lo hace a través de su sociedad Airbnb Payments UK Ltd constituida en Londres y BlaBlaCar factura todos sus ingresos a su matriz francesa Comuto SA.

El mismo modelo utilizado por Netflix, HBO, Twitter o Facebook, que no declaran sus ingresos reales en nuestro país ya que toda su facturación se hace directamente a sociedades constituidas en países europeos con menores cargas fiscales. De esta manera, sus sociedades constituidas en España solo funcionan con la plantilla necesaria para mantener la marca y para cumplir con los mínimos requisitos del fisco español.

Publicado por El Español.

El taxi y el Consell negocian ofrecer tarifas cerradas al cliente como Uber o Cabify

La conselleria tramita una modificación de la ley y el sector pide una app pública para que el modo de calcular el precio sea común a todo el colectivo

José Luis García 21.08.2019 | 04:15

Taxistas en el centro de València, en una imagen de archivo.

Taxistas en el centro de València, en una imagen de archivo.levante-emv

De la guerra entre el taxi y los nuevos operadores tecnológicos como Uber y Cabify que les hacen la competencia a través de vehículos con licencia de alquiler con conductor (VTC) va a salir un sector del taxi modernizado, que busca ser más competitivo ante la irrupción de nuevas formas de movilidad.

La Conselleria de Transporte ha iniciado este verano la tramitación de una modificación de la ley autonómica del taxi que introduce cambios en el artículo relativo a las tarifas. Concretamente, contempla la posibilidad de que taxista y cliente puedan pactar precios cerrados antes del inicio de la carrera, siempre por debajo de lo que marcaría el taxímetro en un servicio ordinario.

Es una idea que viene madurando el colectivo del taxi desde hace tiempo y que ya se puso sobre la mesa durante las negociaciones de hace unos meses para elaborar la nueva ley de vehículos VTC. El taxi, que como servicio regulado depende de unas tarifas establecidas a diferencia de Uber o Cabify, es consciente de que sus nuevos competidores cuentan con un aliciente para el usuario al poder informar previamente de lo que costará el viaje.

El Consell ha tomado la palabra y se abre ahora al cambio legal. El taxi, con todo, ha presentado alegaciones para modificar esta formulación. Su principal preocupación consiste en que el sistema para fijar esos precios cerrados esté controlado y sea común a todo el sector, evitando competencia desleal. En concreto, según apunta Fernando del Molino, presidente de la Federación de Taxistas Autónomos de la Comunitat Valenciana, apostarían por una aplicación pública, impulsada por la administración. El ejemplo sería el de TXMad, una app del Ayuntamiento de Madrid que permite, entre otras cosas, calcular distancias o costes del viaje.

La Comunidad de Madrid, de hecho, ya ha acometido a principios de este año los cambios legales para que los taxis puedan operar bajo esta modalidad de precontratación. En este sentido, aplicaciones como la española Joinup ya han puesto en marcha este servicio. También la alemana MyTaxi (ahora se ha rebautizado como Free Now), que es propiedad de Daimler y BMW, ha estrenado en Madrid este mes de julio un servicio que permite contratar con el precio cerrado por adelantado.

«Free Now, hasta ahora MyTaxi, ya opera en València desde 2015. Para nosotros es un mercado importante y fue la tercera ciudad donde abrimos», apunta Jaime Rodríguez, director general de la compañía en España. La compañía está a la espera de que la administración mueva ficha para poder implementar este servicio de precios cerrados en València.

Pese a las disputas, el sector tradicional del taxi está interactuando con la nueva tecnología de compañías como Cabify, que en realidad aspiran a convertirse en plataformas que integren cualquier tipo de alternativa de movilidad, desde patinetes a taxis, y no solo vehículos VTC. Así, por ejemplo, Cabify ya ofrece desde julio la posibilidad de contratar taxis en València.

Publicado por El Levante.

Las licencias de VTC crecen un 14% en València

El cap i casal cuenta con 198 vehículos de este tipo, 21 más que un mes antes, pese a las nuevas restricciones

Ep/Ed 25.08.2019 | 12:41

Las licencias de VTC crecen un 14% en València

Las licencias de VTC crecen un 14% en València Germán Caballero

El número de licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC), los que dan servicio a firmas como Uber y Cabify, ha crecido en València un 14% desde comienzos del año, hasta llegar a los 198 vehículos, pese a las nuevas restricciones.

Por su parte, Alicante ha multiplicado casi por cuatro el número de VTCs en lo que va de año, dado que cuenta con 377 coches frente a los 108 con que arrancó el ejercicio y se ha convertido en la cuarta ciudad del país con más vehículos de este tipo.

Las licencias de VTC frenaron el pasado mes el continuo crecimiento que venía registrando en Madrid, dado que al cierre de julio sumaban alrededor de 8.000 coches, el mismo volumen que un mes antes.

A pesar de ello, la capital se mantiene como la ciudad con más vehículos de este tipo, que además acumulan un crecimiento del 22%, de unos 1.440 coches, desde comienzos de año, según datos oficiales del Ministerio de Fomento.

Madrid acapara así más de la mitad del total de 15.678 licencias de VTC que se contabilizaban en todo el país a la conclusión de julio, un 2,3% más respecto a junio y un 19,5% en comparación a comienzos de año.

De esta forma, en la actualidad existe uno de estos coches por cada cuatro taxis, frente al ratio de uno por treinta fijado en la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT) para dar licencias a ambos tipos de servicios de tráfico de pasajeros en turismos. En Madrid, la proporción ya es de uno por cada dos.

No obstante, el crecimiento de los vehículos de firmas como Uber y Cabify no responde concesiones de nuevas licencias por las administraciones, sino a las resoluciones judiciales fruto del vacío legal que el sector registró entre 2009 y 2015.

Regulaciones
Además, tiene lugar a pesar de que cinco comunidades autónomas han aprobado normas para regular a estos vehículos en sus territorios. Se trata de Cataluña, Valencia, Baleares, País Vasco y Aragón, y en todas ellas se obliga a pedir uno de estos coches con una determinada antelación.

En Barcelona, a pesar de la nueva normativa y de que Uber dejó de operar en la ciudad tras su aprobación, el número de VTC en la ciudad continuó repuntando en julio, cuando creció un 3,2%, aunque sigue arrojando un descenso anual del 6,2%.

En la actualidad, está suspendido como medida cautelar por los tribunales la norma que eleva de quince minutos a una hora la antelación para contratar el servicio de un VTC en la Ciudad Condal.

En el caso de Valencia, cuenta con 198 vehículos de este tipo, 21 más que un mes antes y un 14% más que a comienzos de año, pese a las nuevas restricciones.

Nuevas ciudades
El crecimiento de este sector también deriva de la expansión de firmas como Uber y Cabify por nuevas ciudades. La plataforma estadounidense ha extendido sus servicios de VTC a Cádiz y A Coruña, mientras que Cabify lo ha llevado a Santander y Benidorm.

En este sentido, Alicante ha multiplicado casi por cuatro el número de VTCs en lo que va de año, dado que cuenta con 377 coches frente a los 108 con que arrancó el ejercicio y se ha convertido en la cuarta ciudad del país con más vehículos de este tipo. En A Coruña ha crecido un 32%, hasta sumar 251 vehículos, mientras que en Cantabria se mantienen estable alrededor de los 150.

Málaga se mantiene no obstante como tercera ciudad con más coches de este tipo tras Madrid y Barcelona, con 1.506. En el lado opuesto, Soria, Tenerife y Las Palmas siguen sin tener VTC alguno.

Publicado por Levante.