Un código de buena conducta para el futuro de la economía colaborativa

Con buenas intenciones y una aparentemente escasa ambición, la asociación de empresas de economía colaborativa Sharing España lanza su Código de Conducta “en defensa deldesarrollo y de la reputación de la economía colaborativa y la protección de sus usuarios”. El colectivo -que forma parte de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital)- ha acordado un total de 13 principios y valores que se comprometen a cumplir sus más de 30 plataformas asociadas.

El código recoge la intención de informar, divulgar y promover los beneficios de la economía colaborativa, así como de “apoyar a los usuarioscomo agentes activos y representativos de este modelo”. También de defender activamente los diferentes roles que estos pueden desempeñar “como agentes productores, microemprendores o partícipes en modelos sin ánimo de lucro”.

Este último punto extraña a la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): “Sorprende que en la tipología de usuarios olviden el rol de consumidores y sólo definan los distintos roles que pueden adoptar los proveedores; precisamente lo interesante de la economía colaborativa es que las plataformas dan servicio a los ciudadanos bajo dos tipos de roles: consumidores y proveedores”, comenta Amaya Apesteguía.

Otro de los apartados del código se refiere a la confianza en torno a las plataformas, con un compromiso de “actuar de forma honesta e íntegra especialmente en cuanto a los derechos de los usuarios” en un “entorno responsable, abierto, seguro y transparente de actividad”. También habla de seguridad y de “facilitar procedimientos adecuados de atención a los usuarios” y de “promover sistemas de resolución de controversias internos o externos”. Desde OCU, Apesteguía señala como “un paso adelante” este apartado “ya que refuerza el rol de las plataformas como creadoras de un entorno seguro para los usuarios”.

En cuanto a las relaciones con la Administración, el compromiso de Sharing España es “reforzar vías de cooperación” para una comprensión que facilite la creación “de una normativa proporcionada y de unas políticas innovadoras que permitan el desarrollo de este nuevo fenómeno socioeconómico en beneficio del usuario y del interés general”.

Un documento “positivo”

Antonio Maudes, director de Promoción de Competencia de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), comenta de forma oficiosa que, si bien la CNMC es reacia a las autorregulaciones, este código “no parece contener grandes peligros para la competencia”.

Maudes señala como positivo que, por el tono que Sharing España emplea en el documento, no parezca querer erigirse en la única asociación que deba dar criterio sobre estos temas. De hecho, no lo es. Además de las plataformas asociadas a este colectivo -como Airbnb, BlaBlaCar, SocialCar o Sharing Academy- hay otras muchas que no pertenecen a él.

También están fuera de ella actores relevantes como la comunidad colaborativa global OuiShare. Sara Rodríguez, abogada y miembro de esta red, señala sobre el nuevo código de buena conducta que “sólo el hecho de crearlo ya es una muy buena noticia”. No obstante, también echa en falta en el documento “unos requisitos que especifiquen qué es y qué no es una plataforma de economía colaborativa“. “Que sean selectivos y que se mojen”, añade.

Rodríquez cree que Sharing España “va por buen camino”, e insta a la asociación a profundizar y a seguir trabajando en ello. También la OCU lo cree. Apesteguía asegura que “es un documento muy genérico, que remite a compromisos interesantes pero no exhaustivos, ni se traduce en deberes objetivos de mejora”.

El asesor de Sharing España Miguel Ferrer puntualiza que, en efecto, este código “se revisará de forma periódica para completarlo”. “De momento -concluye Ferrer- es más una declaración de intenciones para demostrar que tenemos ganas de que todo se haga bien

Publicado por el Mundo.