Sobre las siete y media de la mañana recogió en la plaza de España a dos hombres y una mujer de unos 25 años “con aspecto de toxicómanos” para llevarles hasta Pizarrales. Llegaron hasta la calle Cándido Rodríguez Pinilla, donde se bajó la chica y los otros dos ocupantes le dijeron que les llevara a Villamayor de Armuña. Entonces le amenazaron con la intención de llevarse el dinero de la recaudación y se produjo un forcejeo. El taxista pudo zafarse de los atracadores, que huyeron sin lograr el botín. Los conductores creen que están “sólos ante el peligro de la calle” y consideran que las medidas no son suficientes y lamentan que haya que esperar a que pase algo para cambiar
El barrio Pizarrales ha vuelto a ser el escenario de un atraco. No habían transcurrido veinticuatro horas desde el asalto a punta de pistola a una sucursal bancaria en la carretera de Ledesma cuando en la mañana de este miércoles un taxista ha sido atracado por tres jóvenes. Según ha podido saber SALAMANCA24HORAS, y confirmado posteriormente la Policía Local, los hechos se iniciaron sobre las 7:39 horas, cuando el taxista recogió a dos hombres y una mujer de unos 25 años “con aspecto de toxicómanos” para llevarles hasta Pizarrales, según consta en la denuncia presentada.Al llegar a la calle Claudio Rodríguez Pinilla se bajó la chica, mientras los otros dos ocupantes le dijeron que les llevara hasta Villamayor de Armuña. Momento en que le amenazaron con pegarle un tiro si nos les entregaba el dinero de la recaudación. Se inició un forcejeo y el taxista pudo zafarse de ellos, incluso le quitó la cazadora a uno de los jóvenes, que huyeron sin lograr el botín. El taxista, por su parte, sufrió un golpe en la mano y otro en la cara de los que debió ser atendido. La Policía Local se presentó poco después en el lugar, rastreando el barrio, pero por el momento no hay detenidos y se ha iniciado una investigación para dar con los presuntos autores del atraco.
Los taxistas piden más medidas de seguridad
Desde hace años los taxistas de Salamanca exigen mayores medidas de seguridad, sobre todo tras el fallecimiento de un conductor en Chambería al recibir un disparo que iba dirigido a su pasajero y de que varios taxistas fueran atracados en la estación de autobuses. Hechos que provocaron que se instalara un pedal adicional, conocido como pisón, en cada uno de los 223 taxis de la ciudad. Esta herramienta, en caso de ser pisada por el conductor, lanza una señal a la centralita, quien la desvía a la policía para que acudan a la posición del taxista, controlada en todo momento por GPS.
Los conductores creen que la medida es buena pero insuficiente, “la policía no puede volar, desde que pisamos el pedal y se lanza la alarma hasta que llega la patrulla nos han podido hacer cualquier cosa”. Además, critican que esta medida se haya implantado por su cuenta, sin ayuda de las autoridades, “nos quejamos y pedimos más seguridad cuando ocurrió lo del asesinato. Nadie nos hizo caso y nosotros nos hemos buscado la vida para instalar los GPS nuevos y el pisón (pedal de alarma). Ahora todos lo tenemos, es una buena medida pero no es suficiente”.
Algunos taxistas explican que la solución a la inseguridad es la colocación de una mampara de protección, “lo único que evitará problemas y nos hará ir más seguros es la mampara. Es una medida que nos protegería de los problemas con los clientes y evitaría muchos sustos”. El principal problema que ven los taxistas de esta iniciativa es el aislamiento con los clientes, “la mampara divide el coche, elimina la conversación y hace que el cliente vaya más incómodo, le priva un poco de libertad para hablar y puede sentirse encerrado, pero hay que sacrificar esa libertad por la seguridad del conductor. Es una pena que tengan que pagar justos por pecadores pero es la mejor medida”.
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