Uber sigue trabajando para conseguir una flota de vehículos en la Comunidad Valenciana

noticia original: http://www.yotaxi.es/2019/10/09/fernando-del-molino-uber-sigue-trabajando-para-conseguir-una-flota-de-vehiculos-en-la-comunidad-valenciana/

Charlamos con el presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de la Comunidad Valenciana, que nos traslada su visión de los asuntos que atañen al sector en estos momentos

– El 24 de septiembre se reunieron con los nuevos responsables de la Conselleria de Transportes. ¿Cómo fue ese encuentro y qué temas se trataron?

El encuentro fue cordial y pudimos contrastar los puntos de vista de la nueva Conselleria de Transportes y la asociación mayoritaria del taxi de la Comunidad Valenciana, que confluyeron en gran parte de la reunión.

Hablamos del modelo de taxi, de las deficiencias de la Conselleria por la lentitud en aprobar normativas y mejorar la inspección, y, desde la Confederación, se le hizo llegar un documento con las principales necesidades del sector como son: plan eficaz contra el intrusismo y la competencia desleal, creación de una app informativa por parte de la Administración, sistema de representación real en el sector, reglamentación urgente de la Ley del Taxi para profesionalizar en mayor medida al sector, regulaciones del servicio para ajustar la oferta a la demanda de forma ágil y por medio de votaciones al sector, actualización periódica de tarifas, ayudas económicas para vehículos adaptados y ecológicos, etc.

– ¿Considera que fue positiva dicha reunión?

Claramente fue positiva, pero, como siempre, le hicimos llegar nuestro escepticismo en los plazos y la eficacia en llevar a cabo cualquier medida.

– Uber abandonó Valencia el pasado 1 de junio ante la entrada en vigor del tiempo de precontratación de 15 minutos. ¿Realmente ha dejado de operar?

Parece ser que Uber ha dejado realmente de operar, aunque sabemos que sigue trabajando para conseguir una flota de vehículos en la Comunidad Valenciana, lo que nos lleva a pensar que esa retirada de Valencia no deja de ser una estrategia para presionar a la Administración. Nosotros, por nuestra parte, seguimos luchando para lograr ampliar el tiempo de precontratación con el Ayuntamiento de Valencia.

– La Generalitat Valenciana trabaja en la puesta en marcha del precio cerrado para el taxi. ¿Qué le parece esta propuesta?

Creemos que puede ser muy beneficiosa para el sector, porque es algo que demanda el usuario con insistencia para darle confianza, pero resulta necesario ser muy cuidadosos en la forma de hacerlo, tanto en los parámetros, que no permitan distintas formas de aplicarlas y distintos precios por parte de cada radioemisora o app del sector, como en solicitar que lo mejor para todos es crear una app desde la Administración para que sea obligatorio aplicar esta fórmula de precio cerrado desde la propia aplicación.

– Si no se regula debidamente, podría provocar competencia desleal dentro del propio sector del taxi, ¿no es así?

Si no se regula debidamente, caemos irremisiblemente en una guerra de precios y una competencia desleal de impredecibles consecuencias. No podemos permitirlo porque puede ser peor que no hacer nada.

– A la competencia desleal por parte de las VTC se suma ahora la que ejercen los bicitaxis. ¿Cuál es la postura del Ayuntamiento al respecto?

En este momento tenemos a los tuk tuk, que son motocicletas con tres ruedas, que siguen funcionando sin ningún tipo de regulación, y en cualquier momento podemos ver bicitaxis, porque están en la misma situación a nivel normativo. El Ayuntamiento nos prometió regularlos en esta Ordenanza, que se aprobó en Marzo de 2019, pero no lo ha hecho, lo que ha motivado que presentemos denuncias contra estas empresas de tuk tuk y contra la Ordenanza Municipal.

Podemos quiere que los autónomos del taxi sean servicio público de interés general

 Las VTC deberán cumplir determinados requisitos para poder operar, como la distancia mínima respecto a aeropuertos o estaciones y una precontratación de 2 horas.

Podemos quiere que los autónomos del taxi sean servicio público de interés general

Unidas Podemos ha incluido en su ideario para las próximas elecciones una medida directamente relacionada con las licencias VTC y los autónomos del taxi. En concreto, en una propuesta visible en su página web, el partido liderado por Pablo Iglesias propone “declarar el taxi servicio público de interés general y establecer un requisito de 2 horas para precontratación de VTC”.

El titular no puede ser más claro, aunque después, en la redacción, no especifican cómo sería el procedimiento a seguir para convertir al colectivo en servicio público de interés general. En lo que sí hacen hincapié es recuperar autorizaciones administrativas para que se cumpla la regla de proporcionalidad 1/30 que se refleja en el Real Decreto Ley 13/2018.

Del mismo modo, proponen que las Administraciones Públicas creen aplicaciones en la que se recoja toda la información sobre la movilidad en su ciudad, así como los mecanismos de reserva y pago de los mismos. Por supuesto, en estas ‘apps’ deberán aparecer los taxis, además del os autobuses, trenes, metro, etc.

A su vez, critican que “ante la llegada de miles de VTC, los Gobiernos miraron hacia otro lado”. Por ello proponen que se establezcan determinados requisitos temporales, espaciales y de geoposicionamiento. Entre estas condiciones estarían las dos horas de precontratación; distancia mínima respecto al pasajero, las estaciones o aeropuertos; y la obligación de mostrar a las Administraciones su posición o deambular sin hoja de ruta ni pasajeros.

Desde Podemos también quiere implementar una serie de medidas para defender los derechos de los pequeños y medianos transportistas “frente a las prácticas abusivas de las grandes compañías de distribución de los grandes puertos”.

Una de estas medidas será la prohibición las prácticas de competencia desleal “basadas en la utilización de flotas de otros países para la prestación de servicios internos con el objetivo de reducir sus ingresos y su poder de negociación en periodos de huelga o conflicto laboral”. También permitir una jubilación anticipada sin penalización o la imposibilidad de la emisión de pagarés a más de 30 días.

Publicado por El Independiente.

Los taxistas mexicanos toman la capital para pedir el fin de Uber y Cabify

Más de 10.000 vehículos cortaron los principales puntos de acceso a la Ciudad de México

La protesta de los taxistas mexicanos, en el Ángel de la Independencia. HÉCTOR GUERRERO

Delante del Ángel de la Independencia, en el centro de la avenida más importante de Ciudad de México, una decena de taxistas quema los tarjetones vehiculares con sus licencias profesionales. “Estamos aquí para ponerle fin a la anarquía que han impuesto las empresas internacionales”, exclamaba Ignacio Rodríguez Mejía, portavoz del Movimiento Nacional de Taxistas, que este lunes convocó una huelga nacional para pedir la inhabilitación de las aplicaciones de transporte privado como Uber y Cabify. “Solo pedimos que cumplan la ley o que se vayan y que dejen de atentar contra la economía de los mexicanos”, dijo y desató el aplauso de conductores de todo el país, que desde la madrugada de este lunes estacionaron sus coches a todo lo largo de los carriles centrales del Paseo de la Reforma.

Más de 10.000 taxistas bloquearon varios puntos de Ciudad de México: al igual que Reforma, el barrio Santa Fe —uno de los mayores centros de negocios de la capital—, las avenidas de acceso a la capital y la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional tenían el acceso restringido. Los transportistas exigieron que el Gobierno inhabilite las aplicaciones de transporte privado porque, afirman, no cumplen con los requisitos exigidos a los taxistas y sostenían que no liberarían la ciudad si no eran  recibidos por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Sin embargo, los líderes de los taxistas fueron recibidos por funcionarios de la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior) y, tras una reunión de cuatro horas, acordaron no realizar más bloqueos. Las autoridades mexicanas, además, se comprometieron a revisar la legalidad de las aplicaciones de transporte. 

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“Ahora cualquiera se sube a su carro y busca pasajero”, decía Blanca Estela Ávila, de 52 años, que es taxista en la capital hace más de 20. “Tengo todos mis papeles y el seguro al día. Le cumplo al Estado, pero ellos no cumplen con nosotros”, agregó. Para poder conducir un Uber en México se debe tener una licencia, probar la ausencia de antecedentes penales y contratar un seguro de cobertura comercial. La diferencia de fondo con los taxistas es que ellos tienen una licencia de clase B, de uso público, la misma que utilizan los conductores de patrullas o ambulancias, y el trámite de una concesión estatal que en el mercado negro se mueve por al menos 2.500 dólares. Además, desde junio de este año, los chóferes de Uber y Cabify, al igual que otras plataformas que ofrezcan servicios como entregas a domicilio, deben pagar un IVA del 8% y un impuesto sobre la renta de entre el 3% y el 9%, sin recibir prestaciones sociales.

Joaquín Camacho, de 60 años, afirmaba que las plataformas “solo ayudan a criminalizar al taxista y a hacerlo ver como inseguro”. “He trabajado honestamente más de la mitad de mi vida. Si choco, mi seguro atiende al pasajero ¿Acaso Uber te ofrece lo mismo?”, lamentaba.

En el primer semestre de 2019, la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México registró 200 denuncias por asaltos cometidos por taxistas, un aumento del 159% sobre el mismo período en 2018. La respuesta del Gobierno de la Ciudad fue crear un registro digital y una aplicación de teléfono para que el pasajero pueda conocer los datos del conductor, emulando las plataformas internacionales. Pero solo 51.862 de los 140.000 taxis que circulan por la Ciudad de México —menos del 30 %— se inscribieron en el primer padrón, entre julio y septiembre pasados.

“Al Uber le permiten los cristales polarizados, pero a nosotros nos exigen que encendamos la luz por la noche para que el pasajero se sienta seguro. ¡Y así nos fichan los ladrones!”, se quejaba Juan Peña, conductor de 41 años. “No pienso inscribirme en otro registro, es solo una excusa para cobrarnos más impuestos”, dijo. A su lado, Iván, un conductor de 25 años, admite que conduce un coche prestado desde que tiene 19. “Me inscribiría, pero el taxi no es mío. Los compañeros sabemos que debemos adaptarnos a la tecnología, pero los Uber deberían irse, o adaptarse a la ley nacional”.

Miles de conductores siguieron la huelga en sus respectivas ciudades y cientos de otros concurrieron a la huelga en la ciudad: en el Paseo de la Reforma había taxis tanto de Ecatepec, Atizapán y Toluca, municipios del Estado de México, como representantes del sureste del país, como Tabasco, o de la costa caribeña de Quintana Roo, ambos a más de 1.000 kilómetros de la capital.

René Carmona Rosario tiene 63 años y conduce hace más de cuarenta en Toluca, la capital del Estado de México, 70 kilómetros al oeste de la capital. No quiere hablar por sus compañeros, pero afirmaba que el Estado es “incapaz de hacerle frente a las multinacionales” y que sus exigencias con los taxistas son “irreales”. Para renovar la flota de taxis del país, el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador propuso subsidios de hasta 5.000 dólares para aquellos conductores con coches con una antigüedad superior a 10 años que quieran cambiarlo por un eléctrico. “¿Y después qué?”, lamentaba Carmona Rosario, “si los repuestos no se encuentran en ninguna parte”. “Mi coche tiene 20 años, pero mira que salimos de Toluca a las cinco de la mañana y llegó impecable”, sigue, “los dos ya somos viejos. Si me lo quitan, ¿qué voy a hacer?”.

Al mediodía, sobre el Paseo de la Reforma, la música seguía y los taxistas, algunos charlando en grupos, otros durmiendo agotados frente a sus volantes, continuaban la huelga. Rafael Valdez López, de 69 años, tomaba el sol apoyado en el capó de su Hyundai. “La verdad no creo que saquen a estos piratas de la ciudad”, decía mientras fumaba un cigarro, “pero ya llevamos más de cinco años con estas protestas, a esta altura no vamos a parar. Es de vida o muerte”.

Publicado por El País.

La querella del taxi en la Audiencia acusa a Uber, Cabify y las VTC de crear una «trama patológica»

OKDIARIO accede en exclusiva a la querella interpuesta por 2.000 taxistas contra Castellanos, Rosauro Varo, Goñi, Ortigüela y los gestores de las dos plataformas de movilidad. En ella se les acusa de múltiples delitos. La Fiscalía de la Audiencia analiza el texto en una fase preliminar.

La querella del taxi en la Audiencia acusa a Uber, Cabify y las VTC de crear una «trama patológica»
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El Ministerio Fiscal se encuentra actualmente analizando la querella interpuesta hace dos meses en la Audiencia Nacional, en la que un grupo de taxistas se querelló contra Uber, Cabify, sus responsables legales y los responsables de otra multitud de empresas de flotas de VTC (con nombres como Jaime Castellanos o Rosauro Varo) por varios delitos entre los que se incluyen estafa, administración desleal, delitos contra los derechos de los trabajadores y la Hacienda Pública, y blanqueo de capitales.

La querella formaba parte de una ofensiva judicial que se completaba con una demanda civil por daños y perjuicios contra los mismos actores. Ambas fueron redactadas por el abogado y exjuez de la Audiencia Nacional Elpidio José Silva y presentadas bajo el liderazgo del líder taxista Tito Álvarez, que afirmaba tener el aval de más de 2.000 taxistas. A finales de junio el Juzgado Central de Instrucción nº 3 de la Audiencia Nacional incoó diligencias penales y trasladó los hechos contenidos en la querella a la Fiscalía “para que informe sobre los mismos y, en su caso, solicite las diligencias de prueba cuya práctica considere necesaria para investigar los delitos objeto de imputación”.

La querella se presentó junto con varias periciales que comprobarían la “trama corporativa patológica” con múltiples delitos

OKDIARIO ha tenido acceso en exclusiva a la querella, que ha permanecido secreta hasta el momento. En la misma se acusa a los querellados de haber construido una “trama corporativa patológica” con múltiples delitos y se alude a unos informes periciales (de Juan Lloret VillotaManuel Tolbaños RodríguezSergi Cutillas Márquez y el detective Jordi Galván Durán) que garantizarían que “la especulación en torno a las autorizaciones de VTC ha sido en los últimos años tan exorbitantemente (sic.) pronunciada en España que las mismas han alcanzado un incremento superior a mil ochocientas veces su valor originario”.

Taxis sin serlo

De las varias acusaciones de delitos que el exjuez Silva achaca a las empresas de VTC y a Uber y Cabify destaca que “hacían creer que cumplían los requisitos administrativos atinentes a la explotación de sus autorizaciones ‘como si fueran de Taxi'” y también que “han manipulado muy significativamente la libre formación de los precios de las autorizaciones en el seno del mercado uvetecista” aunque no explica cómo sospecha que pudo hacerse esta manipulación.

La querella señala que Jaime Castellanos está implicado en el caso en su calidad de propietario de Moove Cars, empresa que acumula licencias VTC. Sin embargo no concreta qué acciones habría realizado el directivo que fueran susceptibles de un ilícito penal. Por su parte, otros personajes prominentes del sector de VTC como Rosauro Varo también son mencionados en la querella sin que quede claro exactamente qué acciones llevaron a cabo, sino más bien por ser propietarios de la empresa de VTC a la que se acusa, en este caso Vector Ronda Teleport.

Según asegura el texto, “todo el castillo de naipes edificado por los uvetecistas querellados partiría de la siguiente premisa, tan ilícita como atractiva para su propósito criminal: en las ciudades españolas ya no se requiere licencia de taxi para prestar servicio de taxi”. Según indica, utilizar las licencias de VTC para hacer servicios urbanos homologables al taxi constituye en sí mismo un delito.

En este mismo texto, con una terminología poco habitual en los escritos penales, el abogado Silva califica de “chapuza legal” la economía colaborativa, a pesar de que ni Uber ni Cabify se definen como tal y sí encajarían en esta definición otras plataformas como Blablacar o Amovens.

El texto da por hecho el “propósito criminal” de los querellados, tanto Uber y Cabify como los tenedores de VTC

El uso de calificativos es muy común en este texto legal del exjuez, que asegura que “para escenificar, a nivel de marketing corporativo, esta falsa economía colaborativa, se disfrazó a muchos conductores como si de transportistas autónomos se tratase, ocultando así a los verdaderos partícipes en la trama delictiva (i), disminuyendo ostensiblemente los costes laborales (ii), estafando a los usuarios (iii), e instrumentalizando esta inmensa ventaja competitiva para arrasar ilícitamente al Taxi (iv)”.

Fuentes del mercado consultadas por este periódico aseguran que en los servicios jurídicos de Uber y de Cabify no hay gran preocupación por el recorrido que pueda tener esta querella en la Audiencia Nacional, pues están convencidos que no será aceptada debido a la escasa o nula argumentación jurídica de los delitos que presenta.

Los querellados

Estas son todas las personas incluídas en la querella contra el sector VTC.

Nicolás Guardans Bonet, Pedro del Corro GarcíaMark Walch DavidJosé Luis López Schumer TreviñoAlfredo Luis PlazaMaría Segimón de Manzanos (todos ellos de Moove Cars).

Hugo Arévalo Álvarez-ArenasAlexander Dentzel ZarynMarcos Fernandez BernabéFeliz Ruiz HernandezBernardo Hernandez GonzálezMiguel Ángel Peña PérezFelix Ruiz Ruiz Hernandez (Cibeles Comfort Cars).

José Maria Goñi AlletÁngel Gutiérrez Alonso (Prestige and Limousine SL).

Juan Ignacio García Braschi (Vector y Tibus).

José Parrondo RojoVíctor Manuel López MenéndezNicolás Guardans BonetManuel – Maria Puga Fernández, Rafael García Tapia Gonzalez Camino 

Juan de Antonio Rubio (según la querella, en Vector), Juan Ortigüela Tellería (Ares Capital), Ramón Ortiguela Tellería.

Por último, se incluyen querellados de Uber tanto en España como en Países Bajos, la sede europea del gigante tecnológico:

Pierre-Dimitri Nicolas Gore-Coty, Allendes Salazar Corcho, Cristina Moral Betere, Don Juan José Montero, Don Simon John Breakwell, Zachary de Kievit, Sujoy Kumar Haldar, Nial Fraser Was, Julien Pierre Jacques Cordonnier, Pierre-Dimitri Nicolas Gore-Coty y Sébastien Serge Dupont, al que el abogado Elpidio Silva incluye en dos ocasiones con diferentes cargos.

Fuentes oficiales de Uber y Cabify han preferido no pronunciarse sobre esta querella.

Publicado por OK diario.

California prepara una ley que ataca las bases de la ‘economía colaborativa’ de Uber

Protesta enfrente de la sede de Uber en San Francisco a favor de la ley AB5.
Protesta enfrente de la sede de Uber en San Francisco a favor de la ley AB5. AFP

La primera gran batalla política en Estados Unidos contra la economía colaborativa de Uber ha estallado esta semana en California con la aprobación provisional de una ley que atacan de raíz el modelo de negocio de estas empresas. El Senado californiano aprobó el martes por la noche un proyecto de ley que considera que los conductores de plataformas como Uber y Lyft son empleados. La voz de alarma ha sonado en Silicon Valley y Uber amenaza con llevar el asunto a referéndum. Se trata del primer gran enfrentamiento político de las grandes tecnológicas con el Estado.

Uber surgió hace exactamente una década en San Francisco. Desde entonces, en EE UU, cualquier persona con un móvil y un coche puede solicitar darse de alta como conductor y empezar a ingresar dinero sin más. Oficialmente es un contratista independiente, según el lenguaje de la compañía. Uber es la compañía de transporte de pasajeros por carretera más grande del mundo y no tiene ni flota de coches ni conductores, sino socios a los que paga por un servicio. El conductor es su propia empresa, que vende dentro de la plataforma Uber. La empresa tiene 3,9 millones de socios conductores en todo el mundo y 91 millones de clientes habituales.PUBLICIDAD

La nueva ley (llamada AB5 y propuesta por la asambleísta Lorena González, de San Diego) ataca el corazón del negocio de Uber y Lyft, su mayor competidor en el mercado estadounidense. La ley toma como base una sentencia de la Corte Suprema de California del año pasado contra un servicio de entrega a domicilio y consideró que los repartidores son por defecto empleados salvo excepciones.

La normativa AB5 convierte en ley esta interpretación estricta de la legislación laboral. En su exposición de motivos afirma que la uberización de la economía, un fenómeno que California ha exportado al mundo junto con el iPhone, “ha sido un factor importante en la erosión de la clase media y el aumento de la desigualdad”.

El debate ha enfrentado a una de las grandes compañías de Silicon Valley con el Estado. Además, ha llevado a grupos de interés de todo tipo a presionar para reducir la interpretación amplia de la nueva normativa. El debate se ha centrado en enmiendas de todo tipo de industrias intentando que se les apliquen normas especiales. Por ejemplo, el lobby de las publicaciones de California logró a última hora el martes que se aprobara una enmienda que deja exentos a los repartidores de periódicos.

Uber y Lyft han presionado durante todo el verano en el Legislativo sin éxito. Por un lado, han ofrecido pagar un salario mínimo de 21 dólares la hora. Por otro, han amenazado con lanzar una iniciativa popular para que se vote en las urnas, que no les sería difícil conseguir con el sistema radical de democracia directa de California. Esta posibilidad supondría un importante problema político. La versión definitiva de la ley fue aprobada este miércoles por la Asamblea de California y enviada al gobernador para que la firme. El gobernador, Gavin Newsom, ha expresado públicamente su apoyo, pero el martes por la noche dijo a The Wall Street Journal que está negociando con Uber y Lyft.

La batalla contra la economía colaborativa en un Estado dominado sin discusión por los demócratas llega además en pleno debate interno en las primarias el partido, donde el apoyo de los sindicatos es clave para ganar en algunos estados. Varios precandidatos presidenciales como Kamala Harris (la candidata local), Elizabeth Warren, Bernie Sanders o Pete Buttigieg, que se unió hace dos semanas a una manifestación de conductores de Uber. La aprobación definitiva de la AB5 sería un espaldarazo a los sindicatos y a los derechos laborales por parte del estado donde se inventó Uber. Las industrias afectadas han advertido de que el tamaño y la influencia de California hacen que su decisión en este ámbito pueda acabar siendo el estándar en todo Estados Unidos y afectar radicalmente el modelo de estas empresas.

Publicado por El País.

UBER ESTÁ DISPUESTA A INVERTIR CON FUERZA EN ESPAÑA (SI LE DEJAN)

LA PLANA MAYOR DE UBER EN ESPAÑA CUENTA SUS PLANES A TUMBA ABIERTA PARA UN PAÍS QUE SE HA CONVERTIDO EN PREFERENTE PARA EL GIGANTE DE LA MOVILIDAD. LA REGULACIÓN, EL TAXI Y LA COMPETENCIA ESTÁN EN SU PUNTO DE MIRA

Nunca en mi vida he cogido un vehículo de transporte con conductor (VTC), lo confieso. Me gusta conducir (como dice el anuncio) mi propio coche, que es ya una parte más de mi anatomía y, si acaso, muy de vez en cuando, si no queda más remedio, me subo a un taxi o utilizo el transporte público. Soy una especie en vías de extinción, un urbanita antisistema que debería pasarse una temporada en un campo de reeducación antes de desaparecer definitivamente, o cambiar cuanto antes y empezar a moverse al ritmo de los tiempos. Quizás por eso tengo la sensación de que he cambiado de oficio y hoy me veo más como un conductor de un VTC que como entrevistador. En mi imponente y figurado coche negro subo a la plana mayor de Uber en España y aprovecho el viaje a ninguna parte para conocer los planes de este gigante empresarial que ha puesto el foco en nuestro país y al que, de entrada, me cuesta definir: ¿Compañía de transporte? ¿De servicios? ¿Tecnológica?

Arrancamos…”Me gusta pensar en Uber más como en un facilitador que pone en contacto a personas y empresas distintas para la creación de oportunidades en diferentes sectores. La idea de Uber, una empresa con gente que quiere cambiar el mundo, es la de ser una plataforma multimodal que, aunque empezó con los coches, ahora está consiguiendo que otras muchas formas y métodos de transporte se integren para ofrecer alternativas de movilidad en las ciudades”, explica Giovanna d’Esposito, natural de Sorrento, al sur de Italia, que desde hace dos meses es la nueva directora general de Uber para el suroeste europeo, con mando en plaza en Italia, Portugal, Croacia y también en España, donde tiene la sede de esta región corporativa. Casi 100 personas trabajan en las oficinas de Madrid, que es una minitorre de Babel donde conviven 12 nacionalidades distintas.

Ingeniera mecánica y MBA por el Insead, Giovanna d’Esposito acaba de coger el testigo de Carles Lloret, que se ha trasladado de Madrid a Ámsterdam para liderar el equipo de carrier operations en Uber Freight, una de las líneas de negocio más ambiciosa del grupo, que ha creado “una nueva plataforma que pone la tecnología de Uber a disposición de transportistas y clientes, transformando un proceso que antiguamente requería horas de trabajo y docenas de llamadas, en un solo clic”, cuenta a bordo del coche que imagino, en el que tengo enchufado el manos libres, el propio Lloret desde Holanda, donde tiene su sede el grupo en Europa.

El objetivo principal de Uber hoy es sacar todo el partido a su plataforma tecnológica y multiplicar, de paso, los ingresos al tiempo que reduce su dependencia de los vehículos con conductor, su principal fuente de ingresos. Su división de transporte de mercancías, por ejemplo, pone en contacto a profesionales del sector del transporte por carretera, a camioneros con empresas de reparto, ya sean plataformas de logística o empresas de gran consumo.

Freight es uno de los nuevos negocios de Uber que tanto cautivan a los analistas financieros de Wall Street, sobre todo tras su salida a bolsa hace solo dos meses, a los que fían buena parte de su revalorización bursátil en los próximos años. En ese grupo de interés bursátil también está Uber Eats, su empresa de entrega de comida a domicilio; Uber Jump, la división de bicicletas eléctricas y patinetes; Uber Elevate, su futuro taxi volador y, sobre todo, el coche autónomo, al que está dedicando grandes esfuerzos y con el que se juega gran parte de su rentabilidad futura. Un proyecto que todavía no tiene fecha de comercialización.

Dedicamos muchos recursos a la innovación y desde hace años estamos invirtiendo muchísimo dinero en el coche autónomo. Acabamos de comprar una compañía especializada en inteligencia artificial que se dedica a recoger los datos de los sensores de las infraestructuras para introducirlos en el software del coche para que pueda tomar las decisiones adecuadas. Estamos muy orgullosos de poder decir que una ingeniera española, Raquel Urtasun, es una de las responsables”, apunta D’Esposito. Esta científica experta en ciencias de la computación lidera el centro de investigación de tecnología avanzada del grupo, que también participa en otro proyecto clave de Uber que sí parece más cercano: el taxi volador. “En 2023, Uber Elevate, que así se llama el aerotaxi, empezará a estar operativo en las ciudades norteamericanas de Los Ángeles y Dallas”, asegura D’Esposito, a la que ha sorprendido “gratamente la gran predisposición que hay en España a la innovación y al emprendimiento”.

Volviendo a la tierra, pero sin dejar de mirar de reojo el cielo, este gigante acostumbrado a unir los mundos on y offline colabora a través de Uber Eats con más de 220.000 restaurantes en 500 ciudades de 36 países de todo el mundo, y prevé para 2021 que su servicio de reparto de comida a domicilio se pueda llevar a cabo con drones. “Es una división que crece a gran velocidad y en todas direcciones. Conseguimos que los restaurantes generen nuevos ingresos gracias a nosotros, e incluso los hay que gracias a nuestro servicio pueden trasladarse a zonas menos caras, ahorrar mucho con el alquiler del local y enfocarse en el servicio de comida a domicilio”, explica D’Esposito. Las cifras cambian de un día para otro, lo mismo que Jump, que se está extendiendo en las grandes urbes como complemento a los coches. De momento, 18 ciudades ya tienen sus bicis eléctricas y 13 los patinetes. “Es un negocio en el que España ha sido pionera en Europa, con ciudades como Málaga y Madrid entre las primeras del continente en lanzar este servicio de micromovilidad junto con París”, cuenta D’Esposito, experta en consultoría estratégica y transformación digital, que ve una diferencia fundamental en Uber frente a otras multinacionales en las que ha trabajado tras 25 años de experiencia en distintas capitales europeas: “Lo bueno de trabajar aquí es que Uber se ha inventado un nuevo modelo de negocio, una nueva industria que no existía antes. Eso hace apasionante este trabajo porque, cuándo tienes que tomar una decisión, no hay nunca un camino claro. Todo es nuevo y el talento fluye de abajo arriba”.

UN GIGANTE EXPRÉS

Uber ha cumplido 10 años de vida y facturó 11.300 millones de dólares en 2018, un 43% más que el ejercicio anterior, aunque las pérdidas siguen siendo muy elevadas: 3.000 millones de dólares en 2018, 1.000 millones menos que el año anterior. Detrás de estos resultados está la rápida expansión de la compañía en el mundo, la fuerte inversión en tecnología y las compras que sigue realizando, como la adquisición en marzo de su competidor Careem por 3.100 millones de dólares. Una compañía con base en Dubai, que opera en 120 ciudades de Oriente Medio, el Magreb y el sudeste asiático y que tiene 30 millones de usuarios.

Para recargar de golpe sus pilas financieras, el gigante de la movilidad salió a cotizar en la bolsa de Nueva York el pasado mes de mayo con una capitalización de 82.000 millones de dólares. Uber cuenta ya con más de 20.000 empleados y opera en más de 700 ciudades de 63 países de los seis continentes. En España aterrizó en 2014, en Barcelona, pero solo unos meses después tuvo que echar el cierre ante las primeras movilizaciones de taxistas, las multas administrativas que empezó a recibir y las decisiones judiciales en su contra. Volvió dos años después, en parte gracias a los informes favorables de la CNMC, y tiene claro que está para quedarse, a pesar de la nueva situación de bloqueo que sufre en Barcelona.

España es uno de los seis países prioritarios para Uber a nivel mundial en estos momentos, lo que nosotros llamamos un mercado clave”, afirma Juan Galiardo, director de Uber en España, que junto con Japón, Alemania e Italia, son los países donde el potencial de crecimiento es mayor para el grupo. “Tenemos muchas ciudades de más de 300.000 habitantes, contamos con dos grandes urbes, como son Madrid y Barcelona, un volumen de turistas tremendo y un reto de movilidad importante por delante”, destaca este ejecutivo, que considera que la regulación sigue siendo el principal escollo para que el negocio explote, como lo está haciendo en el resto del mundo. “Nosotros estamos dispuestos a invertir con fuerza en España para desarrollar todo el potencial que tiene este mercado si nos dejan”.

Los vehículos de transporte con conductor son la gran locomotora del negocio de Uber. Madrid tiene ya 8.000 licencias VTC frente a los 15.000 taxis que circulan por sus calles. “A diferencia de otros, nosotros no tenemos licencias VTC, pertenecen a empresas particulares que tienen sus flotas y en algún caso a autónomos, exactamente igual que el taxi. Uber es su canal de ventas y les damos nuestra infraestructura tecnológica para que puedan ofrecer una atención mejor al pasajero. El corazón de nuestro negocio es dar servicio a los dueños de licencias VTC. Les ayudamos a externalizar muchas actividades, porque hacerlas de forma individual es muy costoso y, en cambio, a escala podemos hacerlo de una forma más eficiente. Unos servicios por los que cobramos un 25%”, explica mientras marca distancias con Cabify, su gran competidor en nuestro país. “La principal diferencia entre ambos es tecnológica. A nuestro favor está el volumen de inversión que hacemos en nuestra app y las cosas que esta te permite hacer. Pero yo me alegro de que Cabify esté aquí, porque me pregunto cómo habría sido la regulación si no existiese y no fuese una empresa española. No quiero ni pensarlo”.

ALTA TECNOLOGÍA

Galiardo cree que a veces se simplifica todo demasiado y que Uber no es solo una aplicación más en el móvil. “La app es solo la punta del iceberg. Detrás hay mucha inversión e investigación en inteligencia artificial, en machine learning y en desarrollo de algoritmos”.

Uber se ha propuesto integrar todas las posibilidades de movilidad posibles en su aplicación, incluido el transporte público. “Queremos saber si tienes prisa o si quieres caminar un rato, si vas al trabajo o a un museo, y a partir de ahí la aplicación construirá con todas las posibilidades que tienes una ruta óptima para cada momento”, dice. En Londres, Denver o Boston los usuarios de Uber ya pueden hacerlo. Allí la integración entre el transporte público y el privado es prácticamente total. “En Europa las conversaciones con las administraciones están muy avanzadas, pero en España las cosas están siendo más complicadas. Confío en que con una mayor estabilidad política podamos hablar, porque podemos aportar mucho al Metro y a la EMT, por ejemplo con el usuario turista, mejorando la rentabilidad de las líneas deficitarias o en el pago por el móvil”.

Sobre Madrid Central, el director de Uber en España pone por delante la experiencia global de la compañía: “Tenemos la suerte de ver lo que está ocurriendo en las ciudades en las que estamos en el mundo, y lo cierto es que muchísimas de ellas, no solo europeas, están restringiendo el tráfico y el acceso del coche particular al centro de forma muy contundente por la contaminación y la congestión de los espacios públicos, claramente insostenibles. Nosotros compartimos el objetivo de Madrid Central totalmente porque no queda otra, así de claro. Pero lo importante es dar alternativas porque los ciudadanos tienen que moverse y cada vez más. Se puede construir sobre lo que ya hay y nosotros podemos contribuir a mejorarlo”, deja caer. Y pone de ejemplo la experiencia en Nueva Jersey y Niza, donde se decidió no construir párkings disuasorios porque “se dieron cuenta de que era mucho más barato para los ayuntamientos subvencionar los viajes de Uber desde la periferia hasta la estación de metro o autobús más cercana”.

El director de Uber piensa que lo peor de la guerra del taxi ya ha pasado: “No digo que las huelgas hayan terminado, pero sí creo que pronto veremos una convergencia regulatoria entre el taxi y el VTC. Las reglas de juego deben ser las mismas y para conseguirlo todos tendremos que hacer concesiones. Nosotros estamos dispuestos. Lamentablemente, Barcelona está yendo en la dirección contraria al conceder al taxi el monopolio de la inmediatez. Nos hubiese gustado que, en vez de pasarle las competencias a las CCAA, el Gobierno hubiera sido más valiente regulando la movilidad de una forma más ambiciosa a nivel nacional, aunque se amplíe luego localmente”.

Galiardo destaca también que “los VTC han sido una fuente de creación de empleo muy importante en estos años. Pocos sectores han creado tanto empleo en tan poco tiempo con salarios que están entre los 1.300 y los 1.400 euros mensuales”.

TAXI Y VTC JUNTOS EN LA ‘APP’

Este responsable de Uber cree que “la mejor forma de colaborar con el sector del taxi es dándole entrada en nuestra plataforma, permitiendo que usen nuestros servicios igual que un VTC. Podemos ayudarles a mejorar sus ingresos. En base a los datos que generamos en todo el mundo, pensamos que el taxi en precontratación sería mucho más eficiente que el taxi en la calle y, por tanto, a pesar de pagar una comisión, el ingreso neto sería superior. El taxi hoy pasa un porcentaje muy alto de su tiempo circulando en vacío. La utilización media del taxi suele estar en torno al 30%-35%, mientras que la nuestra está por encima del 60%”.

Uno de las cuestiones clave en las reivindicaciones de los taxistas es el elevado coste que han tenido que asumir para acceder a una licencia frente los VTC. “Sobre las licencias se han dicho muchas cosas que no son ciertas. Su valor no ha bajado ni va a bajar con el statu quo actual, con el número de VTC y de taxis que hay y con la demanda creciendo a doble dígito. Si Madrid continúa en esa convergencia regulatoria, creo que los ingresos de taxi seguirán subiendo y los de los VTC exactamente igual. Y por tanto, el precio de la licencia se mantendrá estable. Otra cosa es que de cara al futuro se quiera abrir aun más el mercado, para que la ciudad cada vez dependa menos del coche propio. En Madrid hay cerca de cuatro taxis y VTC por cada 1.000 habitantes, en París hay seis y en Londres, 12”.

Galiardo cree que “si eliminas el numerus clausus es cuando el precio de la licencia desaparece. Es entonces cuando se podrían plantear compensaciones con fondos de transición para ayudar a aquellas personas que han invertido en una licencia de taxi y que todavía no la han amortizado. Para bien o para mal todavía estamos muy lejos de ese escenario de liberalización. Hoy sería engañoso hablar de fondos de compensación, cuando no hay nada por lo que compensar. La licencia de taxi sigue valiendo 100.000 euros en Madrid y los ingresos del taxi siguen subiendo”.

Pero para Uber el verdadero adversario a batir no es el taxi, ni siquiera otras plataformas, sino el coche particular. “El modelo de movilidad hasta ahora ha estado dominado totalmente por el coche propio, que es nuestro gran competidor, no el taxi”, dice Galiardo, que piensa que “a veces no nos damos cuenta del gasto que supone tener un coche. Aquí es donde se está produciendo la verdadera transformación y donde todos queremos empujar para darle alternativas de movilidad al ciudadano”. D’Esposito estima que el potencial de este negocio es enorme: “Uber y su competencia no suman ni el 1% de todos los viajes que se producen cada día en el mundo”.

FABRICANTES DE COCHES

Una revolución en marcha que tiene en vilo a los principales fabricantes de automóviles y que se suma a la que están provocando también las numerosas medidas medioambientales que llevan a cabo los gobiernos. “El modelo de negocio de los fabricantes de coches está cambiando y ellos mismos lo reconocen. Una de las decisiones estratégicas que tomó Uber en su día es que no íbamos a entrar en la fabricación de coches y por eso estamos destinados a ser un gran socio de algunos de ellos y competidores de otros que están desarrollando su propio Uber. Creo que la colaboración va a ser fundamental y ya lo vemos en el coche autónomo, donde estamos trabajando codo con codo con algunos fabricantes”.

Llegando ya a nuestro destino, o sea, al final de esta entrevista a varias bandas, le pido a Juan Galiardo una valoración sobre la situación política y económica en estos momentos y sus principales certidumbres y miedos: “Hoy existe una tremenda polarización y crispación en el mundo, no es algo exclusivo de España. La confrontación es constante. Lo que vimos en la guerra del taxi es un síntoma de un problema mucho mayor, en el que sentarse a dialogar para lograr puntos de acuerdo es cada vez más difícil. Para mí es desde luego una preocupación y espero que en los meses que tenemos por delante podamos superar esa polarización y esa confrontación constante, y poder tener conversaciones de contenido de verdad, sentarnos con los técnicos y salir de las banderas políticas”. Suena una alarma en mi móvil que me avisa de un nuevo des….

Publicado por Expansión.

EL LIBRO SOBRE UBER DE MIKE ISAAC QUE DESTAPA EL PIRAMIDAL

El libro sobre Uber de Mike Isaac que destapa el piramidal

EL LIBRO SOBRE UBER DE MIKE ISAAC QUE DESTAPA EL PIRAMIDAL

La economía del intercambio nos miente, tratando de hacernos pensar que es lo mismo que una sociedad de acciones. Pero nada que esté en torno al dinero es algo que realmente se quiera compartir.  La economía colaborativa es una gran mentira.

También tenemos uno de los trucos de la fiesta de Uber para los eventos, que es tratar a los asistentes con «Goog View» de Uber, que les permite ver a todos los Ubers en una ciudad y las siluetas de los usuarios de Uber en espera que han marcado automóviles.

Una investigación de la CNN encontró que al menos 103 conductores de Uber en los Estados Unidos habían sido acusados ​​de agredir sexualmente a sus pasajeros en los últimos cuatro años.

La herramienta Greyball formaba parte de un programa llamado VTOS, abreviatura de «violación de los términos de servicio», que Uber creó para erradicar a las personas que creía que estaban usando o dirigiendo su servicio de manera incorrecta.  Esto es, cuando los inspectores solicitaban coches de Uber a través de la aplicación.

EL COMIENZO

El objetivo de Uber era atraer una valoración masiva basada en este crecimiento y la voluntad de los mercados de capital de ignorar la falta de ganancias debido a la expectativa de que Uber lograría el mismo tipo de economía de crecimiento que otras empresas tecnológicas prominentes.

Desde el principio, los inversionistas esperaban que el crecimiento fuertemente subsidiado de Uber le permitiera a la compañía alcanzar rápidamente el dominio global de los servicios de taxis.

La expectativa era que este poder artificial de mercado finalmente permitiría a la compañía generar las ganancias que su economía operativa nunca podría producir en un mercado competitivo.

LAS PÉRDIDAS

En el segundo trimestre, Uber confirmaba que perdía 6.229 millones de dólares, casi el doble que el año anterior, mientras que ingresaba 6.265 millones.

Un 17% más que el mismo periodo de 2017.

Ahora, la filial en España, ha publicado sus cifras en el Registro Mercantil y pinta más o menos similar en la parte de los ingresos.

Uber Systems Spain, que así se llama la subsidiaria española de la aplicación para contratar VTCs, ganó 979.914 euros en 2018, seis veces más que en el ejercicio anterior, y elevó sus ingresos hasta los 16,73 millones de euros, según las cuentas del Registro Mercantil.

Pero Uber solamente abonó a la Hacienda española 325.380 euros en concepto de Impuesto de Sociedades correspondientes a 2018.

Los ingresos y beneficios del cobro de comisiones a los chóferes españoles tributan de manera centralizada a través de Uber International Holding BV (propietaria del 100% de las acciones de la filial española) en Holanda, un país con ventajas fiscales para las multinacionales y que permite el pago de dividendos a sociedades extranjeras sin pagar impuestos.

VENÍAMOS A HABLAR DEL LIBRO

Ahora Uber tiene que luchar contra otra guerra muy diferente y es que esta historia no tiene la intención de mejorar.

Mike Isaac, reportero del New York Times presentará su libro «Super Pumped: The Battle for Uber» el próximo jueves 5 de septiembre en 1644 Haight St de San Francisco. En este se analiza, entre otras cosas, algunas de las técnicas que ha venido empleando la compañía todos estos años para alcanzar las cifras de negocio actuales.

El libro sobre Uber de Mike Isaac que destapa el piramidal

Publicado por Timis.

El pozo sin fondo de Uber: por qué no para de quemar dinero (y cómo piensa ganarlo)

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C. OTTOTAGS

TIEMPO DE LECTURA8 min18/08/2019 18:01 – ACTUALIZADO: 18/08/2019 19:59

Las presentaciones de resultados de Uber se han convertido casi en un juego para los analistas financieros: ¿cuánto dinero perderá esta vez?Desde que naciera en 2009, la ‘startup’ ha mantenido un ritmo frenético basado en tres claves esenciales: conseguir la máxima financiación posible (más de 24.000 millones de dólares hasta la fecha), hacer crecer su valoración (actualmente cercana a los 80.000 millones) e invertir su dinero sin techo de gasto, de manera acelerada y con un modelo que, ahora mismo, permanece a años luz de la rentabilidad. La empresa, de hecho, ya ha reconocido la posibilidad de que nunca llegue a ser rentable.

Uber es un auténtico caramelo tecnológico para los inversores, pero tanto ellos como los analistas y los medios de comunicación se hacen una pregunta: ¿llegará algún día a ser rentable? ¿O acabará explotando en una burbuja de valoración? Este es un recorrido a través del frenesí financiero de Uber y el futuro que la compañía se plantea para conseguir ser rentable antes de que los inversores se harten.

Las mayores pérdidas de su historia

En el último trimestre, Uber tuvo unas pérdidas de 5.236 millones de dólares, las más abultadas de su historia y muy por encima de los 3.166 millones facturados. Aunque este aumento tan acusado de las pérdidas está inflado por los 3.900 millones dedicados a las compensaciones de directivos y empleados, que Uber pierda dinero es una constante. En el siguiente gráfico podemos ver la evolución de sus ingresos y de sus (inexistentes) beneficios desde el tercer trimestre de 2016.

Además, su funcionamiento en Wall Street no ha sido el esperado. La compañía esperaba alcanzar una valoración cercana a los 120.000 millones de dólares, pero lo cierto es que, desde su estreno en mayo de este año, el valor de la acción ha pasado de 42 a poco más de 37 dólares.

Que un gigante tecnológico tenga grandes pérdidas es algo normal y frecuente en dicho sector, pero Uber sigue sin ser rentable tras 10 años de vida, mientras que Facebook, por ejemplo, alcanzó la rentabilidad a los cinco años. ¿Cómo puede Uber mantener un nivel de pérdidas así? Con inyección financiera: desde su nacimiento hasta su debut en Wall Street, Uber ha acometido 24 rondas de financiación que le han permitido amasar nada menos que 24.100 millones de dólares para mantener sus niveles de inversión y gasto.

¿En qué (y por qué) se gasta el dinero?

Si nos fijamos en las cuentas del primer trimestre de 2019 (que no reflejan el gasto excepcional en compensaciones tras la salida a bolsa), el mayor montante de la chequera de Uber se va a los gastos generales, muy seguidos por el ‘marketing’ y ventas, que en los tres primeros meses del año alcanzaron los 1.040 millones de dólares.

Para entender por qué la compañía está gastando tanto dinero, hay que entender también la estrategia que está siguiendo desde su nacimiento y que se prolongará, al menos, a corto plazo en tres guerras diferenciadas:

1.- Guerra geográfica

Uber opera a nivel mundial y tiene que lidiar con rivales como Didi Chuxing (China), Lyft (EEUU), Grab (Singapur) o Cabify (España). En un mercado atomizado, en el que no parece que vaya a haber sitio para demasiados jugadores dentro de unos años, la mayoría de estas empresas aspira a seguir creciendo en todos los países que pueda, con lo que sus batallas se centran en expandirse geográficamente lo antes posible.

Uber lleva la delantera, con presencia en 70 países, aunque no siempre ha triunfado: en 2016 tuvo que vender su filial china a Didi, y en 2018 hizo lo mismo en el sudeste asiático con Grab. Y en Latinoamérica tiene gran competencia, merced a la actividad de Didi y de Cabify. Aunque Uber se defina como una compañía tecnológica, lo cierto es que su adaptación a cada país (y sus leyes) implica una ingente cantidad de carga operativa, así que esos desembarcos se comen gran parte de sus gastos.

2.- Guerra de usuarios

Competir en un país no solo implica estar en él, sino también hacerse con sus usuarios. En los últimos años, la adquisición de estos ha sido uno de los grandes objetivos de Uber. Las cifras lo dicen todo: en tres años ha pasado de 19 a 99 millones de usuarios en todo el mundo.

3.- Guerra de precios

Para que los usuarios no sean ocasionales sino recurrentes, los precios deben ser competitivos. Y para ganar esta guerra, Uber hace lo mismo que otros competidores: subvencionar viajes o, en otras palabras, aplicar descuentos agresivos a sus tarifas para llevarse al usuario. Según diversos analistas, en varios momentos Uber ha llegado a asumir entre el 20% y el 59% del coste de cada uno de sus trayectos. Entre unas y otras estrategias, Uber casi ha duplicado su facturación por viajes (a la que tiene que restar el dinero de los conductores) en los últimos dos años.

¿Cómo piensa ganar dinero?

Pese a las pérdidas y a que no parece que la situación vaya a remontar pronto, Uber tiene ciertos ingredientes en los que fía su posible y futura rentabilidad:

1.- Negocio diversificado

Uber no solo apuesta por el sector de los desplazamientos en coche. En los últimos años, viene diversificando su modelo de negocio con alternativas como el patinete eléctrico, pero hay otra actividad que, aunque minoritaria, ya espera que dé buenos resultados a medio y largo plazo: el envío de comida a domicilio. Pese a que la compañía perdió más de 5.000 millones el pasado trimestre, su división Uber Eats representa el futuro prometedor: en junio de 2017 facturaba 121 millones de dólares y dos años después ha alcanzado los 595 millones, representando un porcentaje cada vez mayor dentro del negocio total.

En cualquier caso, Uber Eats tampoco lo tendrá fácil en un mercado dominado por Just Eat, Deliveroo (a la que Amazon acaba de inyectar cerca de 500 millones) y, en menor medida, Glovo.

Foto: Reuters/Valentyn Ogirenko.
Foto: Reuters/Valentyn Ogirenko.

2.- La gran apuesta: coche autónomo

Pero la diversificación de negocio de la compañía tiene nombre propio: coche autónomo. En 2018, Uber invirtió 457 millones de dólares en Uber ATG, su división dedicada al desarrollo de vehículos autónomos. Además, se ha gastado otros 1.500 millones en I+D. La compañía reconoce que su rentabilidad depende de esta línea de negocio, pero tampoco lo va a tener fácil en este sector: el año pasado, su coche autónomo fue el primero en atropellar mortalmente a una persona.

3.- Legislación favorable

Uber lleva años sumergida en intensas batallas legales en muchos países, discutiendo tanto sobre si sus conductores son autónomos o empleados como sobre la legalidad o no de sus servicios de transporte. La compañía espera que en los próximos años haya legislaciones más beneficiosas que también afecten a los repartidores de Uber Eats y al transporte en coche autónomo.

Para todo ello, Uber se ha gastado desde 2013 cerca de tres millones en realizar tareas de ‘lobby’ en la Unión Europea, donde, según Lobby Facts, ha tenido 56 reuniones con cargos políticos relacionados con su actividad. Mientras tanto, la compañía ha recurrido a la legislación para pagar menos impuestos: ha aprovechado un resquicio normativo en Holanda para crear una exención fiscal de 6.100 millones de dólarescon la que evitar una elevada factura tributaria.

4.- Subida de precios

Como veíamos antes, Uber trabaja en un sector atomizado con un número de crecientes competidores que, para ganar la batalla, están inmersos en una guerra de precios. Lo más probable es que cada mercado solo tenga espacio al final para una o dos compañías que sean rentables, así que los ganadores, una vez se asienten en su posición, podrán relajar la batalla y subir los precios. Uber, como Lyft o Didi, aspira a llegar a esa posición.

El CEO de Uber, Dara Khosrowshah. (Foto: Reuters/Brendan McDermid)
El CEO de Uber, Dara Khosrowshah. (Foto: Reuters/Brendan McDermid)

¿Conseguirá ser rentable algún día?

Con estos ingredientes, ¿logrará Uber algún día ser rentable? Morgan Stanley confía en esta posibilidad o, al menos, en la posibilidad de que su acción siga subiendo a corto y medio plazo, ya que valora la compañía en 120.000 millones de dólaresun precio muy superior a la valoración actual.

No lo ven con tan buenos ojos otros analistas. Uno de ellos es Len Sherman, de la Columbia Business School: “En sus 10 años de actividad, no hay nada que sugiera que vaya a tener una tendencia positiva“, asegura. En su opinión, “a menos que Uber encuentre formas de superar las numerosas debilidades de su modelo de negocio, la compañía nunca será rentable“.

“En 10 años, no hay nada que sugiera una tendencia positiva; a menos que supere las debilidades de su modelo de negocio, nunca será rentable”

Lo cierto es que la propia Uber no descarta la posibilidad de la explosión: en el folleto a inversores lanzado previamente a su salida a bolsa, la compañía reconocía que la posibilidad de no alcanzar nunca la rentabilidad está ahí: “Esperamos que los gastos operativos aumenten significativamente y es posible que no alcancemos la rentabilidad. (…) Necesitaremos aumentar los ingresos y mantenerlos”.

Será el tiempo el que dé la razón a unos o a otros. Por ahora, solo hay una cosa clara: mientras descubre si es capaz de alcanzar la rentabilidad y alejar así el fantasma de la burbuja, Uber se está dejando la chequera como pocas compañías en fase de números rojos lo habían hecho antes. Veremos cómo acaban de contentos (o descontentos) los inversores.

Publicado por El confidencial.

Uber triplica el precio de sus trayectos durante la tromba de agua en Madrid.

La aplicación aplicaba las tarifas de alta demanda este lunes por la tarde.

27 agosto, 2019 13:29

Mauricio Prieto

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La tromba de agua que cayó este lunes sobre Madrid afectó al tráfico y también al transporte público. La red de metro de la capital tuvo que cerrar varias estaciones por las inundaciones. Las líneas 5, 7 y 9 se vieron afectadas.

Con estos cortes, muchos pasajeros se vieron obligados a buscar alternativas, como Uber, Cabify o taxi. Concretamente Uber triplicó el precio de un trayecto que suele costar unos 9 euros llegando a cobrar 31 euros.

Captura de pantalla de Uber este lunes por la tarde.

Captura de pantalla de Uber este lunes por la tarde.

En cuanto a Cabify, aunque los precios eran algo superiores, no eran muy diferentes a los que ofrecía escoger un taxi, entre 13 y 15 euros.

Captura de pantalla de Cabify este lunes por la tarde.

Captura de pantalla de Cabify este lunes por la tarde.

Tarifas dinámicas

No es la primera vez que las tarifas dinámicas de Uber hacen caja para la compañía. De hecho, los usuarios suelen quejarse a través de las redes sociales cuando la empresa de coches con conductor aumenta sus precios de forma exponencial cuando hay eventos concretos, como es el caso del festival madrileño MadCool.Giro en el caso de Mimi: una testigo escuchó a la joven asesinada en Meco gritar “dejadme, soltadme”Diego Rodríguez VeigaLa familia ha confirmado que esta misma semana se podrían producir nuevas detenciones. Sergio, el detenido, podría haber contado con ayuda.

Sin embargo, Uber justifica estas subidas por el algoritmo por el que se rige la aplicación, donde al aumentar la demanda de coches, sube automáticamente el precio.

Publicado por el Español.

Uber, Airbnb, Deliveroo y BlaBlaCar: la economía colaborativa paga menos impuestos que una pyme

 Los gigantes de la nueva economía pagan menos que cualquier pequeña y mediana empresa en Impuesto de Sociedades.

26 agosto, 2019 02:39

  1.  UBER
  2. GLOVO
  3. BLABLACAR

Fernando Cano @canocadiz

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El consumo colaborativo o economía colaborativa se define como una interacción entre dos o más sujetos, a través de medios digitales, que satisface una necesidad a una o más personas. En teoría, esta nueva manera de consumir ahorra costes de producción y une a los consumidores reduciendo los precios y eliminando barreras de entrada al mercado.

Gracias a ella empresas como Uber, Glovo, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar o Just Eathan sacudido los cimientos de la economía tradicional, pero no siempre cumpliendo las mismas reglas laborales y fiscales de las empresas tradicionales.

Uber es ya una de las mayores empresas de transporte del mundo, sin tener coches en propiedad, Airbnb es la mayor red de alojamientos sin tener ni una sola habitación de hotel y Glovo es la mayor red de distribución sin tener trabajadores contratados.

Intermediadores que se han hecho fuertes en todo el mundo y en España, gracias a la ausencia de regulación y a estructuras fiscales que intentan calcar de las grandes tecnológicas como Amazon, Google, Facebook o Twitter.La boda truncada de Bea y Jesús: su bebé muere atropellada por su abuelo tres días antes del enlaceMarina OchoaLa pequeña fue arrollada de forma accidental junto a su abuela. Una marcha puesta en el coche hizo que este se desplazara hacia atrás.

En España, estas grandes plataformas pagan menos impuestos que incluso los pequeños hoteles, empresas de VTC o pisos que intermedian. Los datos remitidos por estas propias compañías al Registro Mercantil indican que estas seis empresas (Uber, Glovo, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar o Just Eat) pagaron apenas 2,7 millones de euros en Impuesto de Sociedades en su último ejercicio remitido a las autoridades mercantiles españolas.

700.000 euros en impuestos 

Si quitamos el efecto de Glovo que pagó dos millones, pese a perder 564.00 euros e ingresar 14,2 millones, vemos que Uber, Airbnb, Deliveroo, BlaBlaCar y Just Eat solo pagaron 700.000 euros al fisco por su actividad societaria. Mucho menos que una pequeña y mediana empresa (pyme).

Dentro de este grupo tenemos casos preocupantes como el de Deliveroo, que presentó sus últimas cuentas en 2016. RooFoods ingresó este año 3,8 millones de euros y pérdidas por 5,6 millones, pagando solo 16.227 euros por el Impuesto de Sociedades, una cifra que pagan cinco personas en España con un salario medio de 24.000 euros por IRPF.

Una situación similar vive BlaBlaCar que en sus cuentas de 2017, las últimas disponibles, -estas compañías acostumbran publicar sus números en el Registro Mercantil con años de retraso- su sociedad Comuto Iberia pagó 17.510 euros de impuestos tras ingresar un millón y ganar 54.443.

Airbnb, la red de alquileres turísticos tampoco es un gran contribuyente de la Hacienda española. En sus últimas cuentas disponibles del año 2017, Airbnb Marketing Services reflejó un pago de Impuesto de Sociedades de solo 72.152 euros, fruto de unos beneficios de 213.000 euros e ingresos de 4,6 millones. Parece poco para un compañía que ofrece reservas en más de 65.000 ciudades de todo el mundo y más de seis millones de alojamientos.

Just Eat y Uber

Just Eat Spain SL, la plataforma que unifica miles de restaurantes en España para enviar comida a domicilio, facturó en 2017 28,3 millones de euros -la que más ingresó de todas las empresas analizadas- y ganó 2,5 millones para terminar pagando 283.000 euros de Impuesto de Sociedades en este ejercicio.

Unos impuestos similares a los que pagó Uber en 2018. La empresa de transporte y que opera mediante las VTC es la única que ha presentado sus cuentas del año pasado reportando impuestos por 325.000 euros. Este mismo año ingresó 16,7 millones y registró 980.000 euros de beneficio.

¿Por qué estas empresas declaran tan pocos ingresos y casi no pagan impuestos? Muchas de ellas utilizan la misma fórmula de otros gigantes tecnológicos para aligerar su carga fiscal en España. Estas compañías suelen utilizar sociedades en países con menor carga fiscal como Holanda o Luxemburgo a la que las filiales españolas facturan como una sociedad de servicios de marketing.

En el caso de Uber, lo hace a través de Uber B.V., una sociedad de responsabilidad limitada constituida en los Países Bajos, Airbnb lo hace a través de su sociedad Airbnb Payments UK Ltd constituida en Londres y BlaBlaCar factura todos sus ingresos a su matriz francesa Comuto SA.

El mismo modelo utilizado por Netflix, HBO, Twitter o Facebook, que no declaran sus ingresos reales en nuestro país ya que toda su facturación se hace directamente a sociedades constituidas en países europeos con menores cargas fiscales. De esta manera, sus sociedades constituidas en España solo funcionan con la plantilla necesaria para mantener la marca y para cumplir con los mínimos requisitos del fisco español.

Publicado por El Español.