Ribó ya ha ralentizado el tráfico en 17 calles de Valencia y planea hacerlo en 23 más

Las Provincias

El Ayuntamiento estudia modificar la frecuencia semafórica en accesos como la avenida del Cid o en toda la ronda interior

DANIEL GUINDOValencia
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Modificar la frecuencia semafórica para reducir la velocidad de la circulación y que tanto los vehículos privados como los autobuses urbanos tarden, de media, más tiempo en recorrer la misma distancia. Esto es lo que el Ayuntamiento de Valencia, encabezado por el alcalde Joan Ribó, ha hecho ya en hasta 17 grandes vías de la capital (la avenida del Puerto o Germanías y Ramón y Cajal, entre otras), que se suman a las dos calles en las que se implantó la medida con el anterior Ejecutivo local (parte de Blasco Ibáñez y la calle de la Reina). Además, en breve se pondrá en marcha en otras dos (las avenidas Pérez Galdós y Giorgeta) y se estudia impulsarlo también en hasta 21 importantes ejes viarios más, como la avenida del Cid (el acceso a Valencia desde la autovía A-3), la calle San Vicente, el acceso a Valencia desde la autovía de Torrent, la avenida Burjassot o en toda la ronda interior.

Así se desprende de la información facilitada ayer por Ruth López, jefa de servicio de la Concejalía de Movilidad Sostenible, durante su ponencia en la octava edición del Congreso Nacional de Seguridad Vial organizado por la Asociación Española de la Carretera en el complejo deportivo y cultural de la Pechina, en la capital del Turia. En su exposición, López puso como ejemplo el tramo de Manuel Candela ubicado entre las avenidas del Puerto y Blasco Ibáñez, vial en el que el pasado mes de septiembre se modificó la coordinación semafórica. Hasta ese momento, apuntó, un vehículo tardaba un minuto y 39 segundos en recorrer este tramo a una velocidad media de 37 kilómetros por hora y haciendo una parada en un semáforo en rojo con un tiempo medio de espera de unos 28 segundos. Tras el cambio, recorrer la misma distancia le cuesta al vehículo dos minutos y 23 segundos (44 segundos más) y realiza dos paradas, aunque más cortas (14 segundos cada una).

El Consistorio sigue implantando la medida pese las quejas de los automovilistas

Con la medida, justificó la técnico municipal, se ha conseguido que la velocidad máxima alcanzada en ese tramo sea de 49 kilómetros por hora, mientras que, con anterioridad, se llegaba a los 66, superando el máximo permitido de 50. De esta forma, con esta modificación de la coordinación semafórica, según López, el Consistorio busca reducir la velocidad de los vehículos y, por tanto, mejorar la seguridad vial pero, indirectamente, también ralentiza la circulación del tráfico y alarga los tiempos de recorrido de un punto a otro de la capital

Sigue en 2017

La medida, de la que ya advirtió LAS PROVINCIAS a finales del pasado año, motivó las quejas de usuarios de taxi y plataformas moteras y de automovilistas, aunque esto no ha sido impedimento para que el Ayuntamiento haya continuado con su implantación, por ejemplo, el pasado mes de febrero en viales con tanto tráfico como la avenida Pío XII o las grandes vías Fernando el Católico o Ramón y Cajal. De esta forma, el Consistorio frena la denominada ‘ola verde’, es decir, la apertura progresiva de los semáforos en verde que facilita la circulación y evita atascos en grandes avenidas y bulevares. El Gobierno municipal, con ello, rompe esta sincronización intercalando fases en rojo, con el argumento de querer evitar velocidades excesivas y reducir el número de accidentes. Esta medida entronca también con uno de los «objetivos estratégicos» del Gobierno municipal, como es el de dar prioridad a los desplazamientos a pie y en bicicleta.

En esta línea, la jefa de servicio de Movilidad Sostenible, en su presentación titulada Actuaciones y planes para la mejora de la Seguridad Vial en la ciudad de Valencia, recordó también que se ha reducido el límite máximo de velocidad permitido a 30 kilómetros por hora en varias zonas de la capital, como algunas calles de Carpesa o el entorno del paseo marítimo, entre otras; una limitación que el Ayuntamiento estudia incluir en la futura ordenanza de circulación para todas las calles con un único carril de circulación.

Sólo el 4 % de la red viaria concentra uno de cada cinco accidentes con víctimas

La primera jornada del Congreso Nacional de Seguridad Vial ofreció ayer una decena de interesantes conferencias, entre la que destacó la del jefe de área de Planeamiento, Proyectos, Obras y Circunvalación de Valencia, de la Demarcación de Carreteras del Estado en la Comunitat, en la que destacó que sólo el 4 % de la planta viaria valenciana concentra, aproximadamente, el 20% de los accidentes con víctimas (uno de cada cinco) y el 15 % de las muertes por siniestros de tráfico. Por su parte, el jefe de la citada demarcación, Ismael Ferrer, apuntó a las carreteras nacionales 332 (en el litoral norte de Alicante y sur de Valencia) y 340 como las zonas con más tramos de concentración de accidentes de la Comunitat (diez la primera y seis la segunda de los 18 acumulados en el periodo 2010-2014).

Buena parte de los expertos participantes en el encuentro, con el presidente de la Asociación Española de la Carretera, Juan Francisco Lazcano, a la cabeza, coincidieron en señalar que, en los últimos años, no se ha conseguido descender el número de accidentes mortales en las carreteras de la Comunitat, que se mantiene en alrededor de 1.300 accidentes con víctimas cada ejercicio, y medio centenar de siniestros mortales al año.

Lazcano considera que esto ofrece «signos de agotamiento» del sistema de seguridad vial actual, de ahí que los especialistas apuesten por las nuevas tecnologías en vehículos y su comunicación con las carreteras para que corrijan los errores de los conductores, así como mejorar la comunicación, la planta viaria, la señalización o separar físicamente los sentidos de circulación, entre otras muchas.

Publicado por Las Provincias.