El taxi explota contra el pirateo

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Una concentración de protesta por la agresión de un compañero se caldea y acaba en un ‘escrache’ a los conductores ilegales de la Marina Un supuesto cliente golpea a un taxista
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Un taxista disfrazado frente al restaurante en el que encontraba un pirata.

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Un supuesto pirata, a la izquierda, es increpado por los taxista
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Un policía intenta calmar los ánimos y el agredido le enseña el diente roto.

Los taxistas de Algeciras explotaron ayer contra el pirateo. Lo que empezó como una concentración de apoyo al compañero agredido el pasado viernes por un taxista ilegal se convirtió en un escrache en toda regla a un pirata que se encontraba en la mañana de ayer en un restaurante del río de la Miel, al que obligaron a salir y que acabó huyendo entre reproches e insultos. Además, en la Acera de la Marina, un invidente, supuesto cliente de uno de esos taxis piratas, la emprendió a golpes con uno de los concentrados, que portaban una pancarta en la que se leía: “No al pirateo. ¿Dónde están las autoridades? ¿Hasta cuándo?”.

El pasado viernes un taxista que reprochó su actividad ilegal a un pirata recibió de éste un puñetazo que le partió el labio y le arrancó un diente antes de escapar. Esto, y la preocupación creciente por el pirateo, llevó a casi un centenar de taxistas y familiares a concentrarse a modo de repulsa en las inmediaciones del club náutico. Allí los ánimos se caldearon y los taxistas decidieron trasladarse a la Acera de la Marina, donde su concentración tendría más eco.

En el nuevo emplazamiento la tensión fue en aumento. Los taxistas, que en ningún momento agredieron a nadie, se arremolinaron entorno a un restaurante en el que se encontraba uno de los piratas más conocidos. Allí le obligaron a salir -el dueño del establecimiento intentó que se marcharan sin éxito- y el hombre tuvo que huir. La Policía Local estuvo siempre vigilante, intentó calmar los ánimos, y luego llegó un furgón de la Nacional. Otro momento de tensión llegó cuando un invidente agredió a un taxista que protestaba. Alguien encendió una bengala. Otros piratas huían de los locales de la zona. La lluvia apaciguó después el ambiente.

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