Contra Uber.

Las pretendidas bondades de Uber, esa página web valorada en 40.000 millones de dólares por los compradores de sus acciones, suelen ser defendidas por los entusiastas de su causa apelando a tres argumentos recurrentes.

De Uber se predica que abarata en grado sumo el coste del transporte urbano, lo que repercutiría en un beneficio innegable para la colectividad. Esa constituye su primera línea de defensa.

Pero a ella se le suelen añadir un par más con carácter complementario. Así, la segunda remite a la definitiva modernidad de la ingeniería virtual que ofrece soporte a su modelo de negocio; algo, su vínculo con las novísimas tecnologías de la información, que convertiría en inevitable su pronta implantación en todo el mundo, con independencia de la mayor o menor oposición que pudiera suscitar entre los retrógrados refractarios al progreso y la marcha inexorable de los tiempos.

Un tercer argumento, en fin, apela a la supuesta labor de Uber en defensa de los principios de la libre competencia, en la medida en que su irrupción en mercados locales antes regulados de forma monopolística operaría como un súbito catalizador que libera las fuerzas de la oferta y de la demanda en beneficio siempre del consumidor final. Se trata de tres argumentos distintos que, sin embargo, comparten una característica común, pues ocurre que los tres son falsos. Es falso que Uber abarate el precio del transporte de viajeros allí donde se instala. Es falso que Uber represente un ineludible abanderado tecnológico de la modernidad. Y es falso que la implantación de Uber suponga cortapisa alguna a la existencia de monopolios en el sector del transporte de viajeros.

Contra lo que pretenden sus hagiógrafos, el coste de un trayecto en un vehículo de Uber entre dos calles de Madrid o Barcelona no es más barato que si se utilizasen los servicios de un taxi para realizar idéntico trayecto. En realidad, el viaje en un vehículo privado asociado a Uber cuesta lo mismo o más que si se realizara en un taxi con licencia. La diferencia estriba en que el vehículo de Uber está siendo subvencionado por todos los contribuyentes españoles, usen o no sus servicios, y el taxi no.

Que Uber no cobre a los usuarios el coste real del servicio que presta no significa que ese coste deje de existir ni que nadie lo asuma. Bien al contrario, existe y cargamos con él el resto de los ciudadanos españoles. Al revés que Uber, un taxista de Madrid o Barcelona provisto de su correspondiente licencia de actividad no se convierte en un parásito para los contribuyentes. Con su vehículo sometido a constantes revisiones técnicas, sus seguros en regla, su capacitación profesional acreditada por las pruebas que dan acceso a un carnet específico, sus regulaciones horarias, sus tarifas oficiales, sus días de descanso obligatorio y sus turnos horarios, amén del valor económico de una licencia que le asegurará una indemnización generosa el día que le toque jubilarse y la traspase, un taxista de Madrid o Barcelona no solo puede mantener dignamente a una familia, sino que también ingresa lo suficiente como para contribuir con sus impuestos a lasostenibilidad de los servicios públicos del Estado que él y los suyos consumirán a lo largo de la vida, desde el colegio de los niños a la sanidad, las pensiones o los servicios sociales. Un conductor de Uber, en cambio, no aporta nada o casi nada a Hacienda por la triste razón de que el precario trabajillo ocasional que le proporciona esa web, una simple chapuza para ir tirando, produce ingresos insuficientes para pagar unos impuestos en concepto de IRPF cuyo importe se aproxime, siquiera de lejos, al coste de esos servicios públicos, de los que también él se beneficia. Un chófer ocasional de Uber que tenga un hijo a su cargo supone un coste anual para la sanidad pública madrileña de unos 820 euros.

Y si el hijo está en edad escolar, la factura que soportará la Comunidad de Madrid por su formación reglada en uno de sus centros subirá a otros 4.678 euros adicionales. Y, puesto que los clientes de Uber no pagan ese precio y los chóferes de Uber tampoco reciben ese dinero, es evidente quién sufraga médicos y colegios para la plantilla toda de Uber. Los paga usted, querido lector, con sus tributos.

En cuanto a lo imparable de su expansión, el segundo argumento, dado lo sofisticado de la tecnología que le sirve de soporte, conviene recordar que una tecnología pareja puede usarse para difundir pornografía infantil de pago por las redes. O para vender bombas atómicas a particulares con pagos a través de Pay Pal. Pero yo no conozco a nadie que asegure que eso también es imparable y que, en consecuencia, habría que autorizar cuanto antes tal tipo de comercio. Claro que se puede parar. Por supuesto que se puede parar. Desde Tomás Moro, las utopías todas que crearon los seres humanos estaban localizadas, sin excepción, en el mismo instante del tiempo: el futuro. En cambio, la distopía de Uber propugna un retorno al pasado: su horizonte ideal implicaría volver a principios del siglo XIX, a un mundo en el que el trabajo asalariado aún no conocía la más mínima protección legal. Ninguna. Uber es una máquina del tiempo que solo viaja hacia atrás. Y todo eso, ¿para qué? Obviamente, para tratar de alumbrar un nuevo monopolio, el suyo por más señas. Uber, como toda gran compañía con músculo financiero y poder de mercado, puede permitirse bajar los precios durante el periodo inicial de su implantación en un nuevo país o ciudad para, una vez eliminada la competencia, proceder a maximizar ese mismo precio al modo de todos los monopolios que en el mundo han sido. Si alguien ha confundido a Uber con la Unicef, que se lo haga mirar, como dicen los catalanes. La salida de España del pozo en el que aún está hundida no debe pasar por la uberizaciónde nuestra economía. Como tenemos muchos parados con una muy escasa capacitación académica y profesional, los gobiernos, igual los socialistas que los conservadores, alientan y favorecen por todas las vías a su alcance que se creen puestos de trabajo para personas con esas características. Y la consecuencia es el abandono escolar prematuro para ocupar esos empleos, además de la llamada a la inmigración extracomunitaria de ese mismo perfil socio-profesional. Un círculo vicioso cuya única posible salida exige que dejemos de una vez por todas de aventar la creación de subempleos. Uber forma parte del problema, no de la solución

Publicado por libre mercado.

Un atracador acuchilla a dos taxistas en diez días en Valencia

El delincuente causa cinco heridas de arma blanca a su última víctima tras un trayecto hasta el barrio de El Cabanyal

La Policía Nacional ha abierto una investigación en busca de un atracador sospechoso de, al menos, dos agresiones con arma blanca a taxistas de Valencia para apoderarse de su recaudación. Según fuentes del gremio, existe cierta alarma y algunos mensajes con advertencias han comenzado a circular entre los trabajadores través de Whatsapp. En ellos apelan a la precaución.

La ultima agresión, también la más grave, se produjo en la madrugada del domingo, día de San José. Según fuentes próximas al caso, la víctima, de nombre Miguel, recogió al sospechoso en la avenida del Puerto después de que detuviera el taxi fingiendo ser un cliente. Una vez en el interior del transporte público, el delincuente pidió al taxista que le llevara a una calle del barrio del Cabanyal.

Y al término del trayecto se desató la violencia. El maleante exigió la recaudación al taxista. Al parecer, hubo un pequeño forcejeo y la víctima acabó con cinco heridas de arma blanca en su brazo. El atracador escapó con algo de dinero en metálico y la víctima pidió ayuda. En pocos minutos, patrullas policiales y un equipo médico auxiliaron a Miguel, que fue evacuado al Hospital Clínico. Su estado no es grave y el herido se encuentra ya en casa recuperándose de las lesiones.

El sospechoso es un hombre de mediana edad y origen sudamericano. Los taxistas que están difundiendo lo ocurrido para poner en aviso a otros compañeros aseguran que tiene el pelo corto y porta una bolsa de color blanco.

Al parecer, el mismo individuo ya protagonizó un atraco calcado con otro taxista herido hace diez días en Valencia. También fingió ser un cliente y fijó su destino del trayecto en el barrio del Cabanyal. Al llegar al final del viaje exigió la recaudación del taxista y le atacó con arma blanca. En esta ocasión, la víctima sufrió lesiones cortantes en las manos al defenderse de las cuchilladas. La Policía Nacional recibió denuncia de ambas agresiones. Se ha abierto una investigación, pero el sospechoso no ha sido localizado.

El día de San José hubo otro intento de acuchillamiento por parte de un presunto delincuente. Fue sobre las cinco de la madrugada, en la calle Matías Perelló de Valencia. El sospechoso y otros dos compinches fueron sorprendidos por un vigilante de seguridad después de sorprenderlos cuando se llevaban productos de una máquina de ‘snacks’. Al parecer, habían fracturado un cristal del aparato expendedor.

Según declaró el vigilante a la policía, se vio amenazado por uno de los sospechosos que portaba un cuchillo, por lo que se vio obligado a golpearle con la porra en la cabeza para defenderse. Lo mismo hizo con otro de los atacantes.

Hasta el lugar del altercado se desplazaron agentes de la Policía Local de Valencia. Tras entrevistarse con los implicados para aclarar lo sucedido se llevaron detenidos a tres sospechosos, dos de ellos de origen argentino y un menor ecuatoriano. Personal sanitario de urgencias se desplazó a la calle de Ruzafa para curar las brechas en la cabeza que sufrieron por los porrazos.

Publicado por las Provincias.

La irrupción de Uber en el MWC anticipa una ‘primavera caliente’ del taxi

Los taxistas más radicales se alían con estibadores y otros movimientos sindicales y anuncian “guerra con mayúsculas y para nada pacífica”

Entrevista de Thibaud Simphal en TV

Uber tenía muy claro el mensaje que quería lanzar esta semana y también a través de quien lo quería dar. Con una entrevista en TV3 de la que la televisión pública catalana seleccionó apenas dos apartes, el nuevo responsable para Europa de la compañía californiana, Thibaud Simphal, pidió públicamente a la Generalitat y al ayuntamiento de Barcelona iniciar reuniones para poder instalarse en la ciudad, una de las pocas capitales europeas donde no tiene presencia. Y la organización mayoritaria del taxi en Barcelona, Elite Taxi, ya ha avisado que no lo acepta y sus redes bullen con mensajes prebélicos: “El gran poder económico viene a por nosotros”, “una soga y colgado en Montjuich”, “no me valen manifestaciones pacíficas ni sanciones…..como esto siga para adelante no veo otra solución que guerra con mayúsculas y para nada pacífica”. 

Uber querría entre 3.000 y 5.000 licencias para poder operar con garantías en la capital catalana. Parece muy difícil que las pudiera obtener, aunque sí que hay conocimiento en el sector de que viene una oleada de nuevas licencias para vehículos VTC en Madrid y Barcelona, obtenidas mediante sentencias judiciales. Por tanto los taxistas anuncian movilizaciones y dan por hecho que habrá ‘una primavera caliente’. Bajo el paraguas de Podemos (estrategia diseñada por Rafa Mayoral), los taxistas unen fuerzas con otros movimientos sindicales como los estibadores, trabajadores de AENA o de Coca-Cola de Fuenlabrada, organizados en torno al sindicato CCOO.

Mientras tanto, en Madrid la dirección de Podemos trata de influir en las decisiones del ayuntamiento relativas a Uber. En el núcleo duro ‘pablista’ sentó muy mal la foto y el apoyo explícito a Uber de Manuela Carmena a través del anuncio de al menos 20 Tesla eléctricos, algo que ocurrió en diciembre. Desde entonces buscan influir en la concejala de movilidad, Inés Sabanés(Equo) para un cambio en la postura oficial del consistorio, sin éxito por el momento. Sabanés ni siquiera atiende a las sugerencias de Podemos y desde el partido se buscaría sustituirla, aunque en principio no tienen capacidad para hacerlo sin convencer a un consistorio donde prevalecen las tesis más moderadas de Podemos, las que representa Rita Maestre, próxima a Íñigo Errejón.

Mientras Uber se ofrece para ayudar a los taxistas en la “transición” hacia otro estadio, estos han convocado una manifestación el 17 de marzo en Madrid que se llevará a otras ciudades en abril y mayo. Aunque desde Fedetaxi, la asociación mayoritaria de taxistas autónomos en España, se quiere ser muy cauto con las manifestaciones en la calle, se avisa de que estas podrían escalar: “Tenemos que prepararnos para lo que viene, que no es bueno, ha asegurado su presidente Miguel Ángel Leal.

En general, hay consenso de que la liberalización va a producirse de una manera u otra, aunque no será pacífica. Ya este mes de enero los taxistas barceloneses hicieron una demostración de fuerza paralizando las rondas de la ciudad en un día laborable y amenazando con hacer lo mismo en el MWC. Finalmente, la feria de móviles no ha dejado grandes incidentes aunque sí algunas imágenes de acoso a licencias VTCpor parte de taxistas, con lanzada de huevos y harina. 

Según Uber, unas 10.000 personas abrieron su aplicación durante el MWC y no pudieron pedir ningún vehículo, ya que no existen en la ciudad. La compañía sacó una nota de prensa e incluso periodistas extranjeros lanzaron esas preguntas a la organización.

Por tanto, imágenes como esta podrán ser más comunes: desesperación al verse afectado por las distintas movilizaciones que se esperan para primavera.

Publicado por voz populi.